Ciudad del Vaticano, 19 abr (EFE).- El papa Francisco pidió ser mensajeros de esperanza mientras tantos vientos de muerte aún soplan sobre nosotros, en la homilía que había preparado para la Vigilia del Sábado Santo y que en su ausencia, mientras continúa su convalecencia por su infección respiratoria, fue leía por el cardenal Giovanni Battista Re en la basílica de San Pedro.
Francisco, que se encuentra aún convaleciente por la grave infección respiratoria por la que tuvo que estar ingresado 38 días en el hospital Gemelli de Roma, del que fue dado de alta el 23 de marzo, acudió antes de la ceremonia a la basílica a rezar ante la tumba de San Pedro y a saludar a los peregrinos.
El Papa delegó en Re, decano del colegio cardenalicio, para oficiar esta larga celebración de más de dos horas, en la que se conmemora la espera de la resurrección de Jesús y que inicia con la basílica totalmente a oscuras mientras que poco a poco se va iluminado con la luz de las velas de los feligreses y concelebrantes.
El Papa está espiritualmente con nosotros, dijo Re antes de leer la homilía preparada que preparó Francisco.
En su homilía, Francisco escribió:
Cuando sentimos aún el peso de la muerte en nuestro corazón, cuando vemos las sombras del mal seguir su ruidosa marcha sobre el mundo, cuando sentimos arder en nuestra carne y en nuestra sociedad las heridas del egoísmo o de la violencia, no nos desanimemos, volvamos al anuncio de esta noche: la luz resplandece lentamente incluso si nos encontramos en tinieblas.
Francisco pidió reproducir la Pascua en nuestra vida y convertirnos en mensajeros de esperanza, constructores de esperanza mientras tantos vientos de muerte aún soplan sobre nosotros.
El Papa añadió:
Podemos hacerlo con nuestras palabras, con nuestros pequeños gestos cotidianos, con nuestras decisiones inspiradas en el Evangelio.
Hermanos y hermanas, esta es la llamada que, sobre todo en el año jubilar, debemos sentir con fuerza dentro de nosotros: ¡hagamos germinar la esperanza de la #Pascua en nuestra vida y en el mundo!https://t.co/7UaahKo8bO
— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 19, 2025
Insta a ser mensajeros de esperanza
Además, instó a los feligreses a con que con su vida sean presencia de esperanza para quienes carecen de fe en el Señor, para quienes se han extraviado, para los que se han rendido o caminan encorvados por el peso de la vida.
También para quienes están solos o encerrados en su propio dolor; para todos los pobres y oprimidos de la tierra. Para las mujeres humilladas y asesinadas; para los niños que nunca nacieron y para aquellos que son maltratados; para las víctimas de la guerra.
La ceremonia, una de las más largas de la tradición y cargada de simbolismos, comenzó con la bendición del fuego en el atrio de la basílica y el encendido del cirio pascual.
Después se produjo la tradicional procesión con la entrada de los concelebrantes en total silencio y a oscuras, y solo con las velas encendidas para representar la ausencia de luz tras la muerte de Jesucristo.
Solo después de que el diácono pronunció tres veces la frase ‘Lumen Christi’ (La luz de Cristo) se encendieron las luces de la basílica y comenzó la misa ante 6 mil feligreses.
Esta larga ceremonia sigue la tradición de los primeros años de la Iglesia, la de los catecúmenos, los adultos que aspiraban a convertirse al cristianismo y, por ello, también se celebró la bendición del agua, y el cardenal Re bautizó a tres adultos.
Quiere estar presente en bendición Urbi et Orbi
El Papa quiere estar mañana en la bendición Urbi et Orbi tras la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, aunque dependerá de su salud, según informó la oficina de prensa del Vaticano.
Francisco ha estado ausente en todos los ritos de la Semana Santa vaticana y soólo acudió en la tarde del Jueves Santo a la cárcel romana de Regina Coeli, cerca del Vaticano, para un saludo a los reclusos cómo había hecho desde el inicio del pontificado.
La misa de Resurrección en la plaza de san Pedro estará oficiada por el cardenal Angelo Comastri, mientras que al Papa se le espera justo después para el mensaje de Pascual desde el balcón, aunque con seguridad lo leerá un colaborador y posteriormente impartirá la tradicional bendición Urbi et Orbi (A la ciudad y al mundo) la cual solo administra en Navidad y en Semana Santa.
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