Ciudad de Guatemala, 17 jun (EFE).- La cicatriz de los incendios en el parque nacional Laguna del Tigre, en el norte de Guatemala, es enorme y se han dañado ecosistemas fundamentales para la supervivencia de los animales y el ser humano, asegura Walter Mayorga, jefe de los bomberos forestales que lucharon contra el fuego en la selva maya del país.
Así lo explica Mayorga, un bombero forestal de 26 años de trayectoria que dirige a los bomberos del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) en el departamento de Petén.
En este parque tuvimos más de 100 incendios identificados en 62 días y sabemos que el 95 % de estos fueron provocados por personas que no tienen conciencia y buscan utilizar los bosques como área para agricultura y ganadería.
Temporada dolorosa
Aunque la temporada de incendios haya terminado con la llegada de las lluvias a inicios de este mes de junio, las cicatrices del fuego en el Parque Nacional Laguna del Tigre, un área protegida que resguarda una enorme biodiversidad de fauna y flora en 13 ecosistemas distintos, se traduce en unas 20 mil hectáreas dañadas y una cantidad incalculable de especies muertas, según los datos preliminares.
Mayorga, de 58 años, se abre paso con su machete entre una extensión de bosque calcinada por los incendios y asegura que la cicatriz del fuego es enorme. La experiencia más dolorosa de este año fue encontrar animales indefensos y moribundos que estaban buscando agua, es una situación dramática que no deberíamos estar viviendo, añade.
La crisis ambiental vivida en este año es de las más grandes de la historia y según Mayorga solo es comparable con lo que sucedió en 1998, cuando una gran cantidad de incendios, muchos de estos en la selva maya, provocó que el humo fuera visible hasta en Estados Unidos y se necesitó de la coordinación internacional para sofocar el fuego.
Mayorga explicó:
Este parque es un área muy sensible al fuego porque hay maderas que arden con el primer contacto y es necesario realizar cuidados especiales. Por ejemplo, este año los bomberos del área trabajaron duro por crear brechas y cercar el fuego para evitar una expansión aún más devastadora.
En Guatemala, un país de 108 mil 890 kilómetros cuadrados, el 32 % de su territorio se considera área protegida, lo que significa que son espacios para la conservación y la restauración de fauna y flora silvestre.
El Protocolo Específico de Lluvias se encuentra activo para coordinar de manera efectiva las acciones interinstitucionales en atención a las situaciones de emergencia o desastre, procurando el bienestar de la población guatemalteca.https://t.co/2kpxanFemy pic.twitter.com/qMBeKidkHS
— CONRED (@ConredGuatemala) June 17, 2024
Las carencias
El bombero forestal añadió:
Lo que hace falta son políticas públicas para prevenir este tipo de desastres. Tenemos un plan nacional de respuesta, sabemos qué hacer, pero hace falta un respaldo político y lo que más hace falta es mayor apoyo financiero.
En 2024, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, encargado de administrar estas selvas, recibió fondos de 141 millones 365 mil quetzales (22 millones de dólares), lo que representa el 0.2 % del presupuesto estatal de Guatemala.
Mayorga indicó que este año los bomberos que laboran en las selvas del Petén tenían que iniciar sus jornadas desde la madrugada y finalizar antes de las 11:00 debido a que las altas temperaturas (superiores a los 45 grados Celsius) ponían en riesgo su integridad y complicaba las tareas de combate al fuego.
Mayorga agrega:
Hace falta mejor equipamiento para los forestales, se necesitan flotillas de vehículos adecuados y hay que mejorar los campamentos porque están deteriorados, aunque se intentó que tuvieran las condiciones adecuadas.
De acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), un total de 49 mil 851 hectáreas de cobertura forestal resultaron con daños por los incendios entre noviembre de 2023 y junio de este año, superando las 37 mil 681 que consumió el fuego en la temporada 2022-2023.
Petén, donde se resguarda la mayor biodiversidad del país y al que se le considerada la cuna de la civilización maya, fue el departamento más con más daños, con 539 y más de 15 mil hectáreas con daños por el fuego este año y el año anterior. EFE
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