Redacción Ciencia, 19 oct (EFE).- Los adultos de más de 50 años que duermen cinco horas o menos por las noches tienen más riesgo de desarrollar varias enfermedades crónicas en comparación con los que duermen siete horas. Esto se determinó en un estudio publicado en la revista PLOS Medicine.
La investigación, liderada por Séverine Sabia, de la Universidad de París Cité y del University College de Londres, analizó el impacto de la duración del sueño en la salud de 7 mil 864 personas de 50, 60 y 70 años incluidas en el estudio Whitehall II, que recoge datos de trabajadores de la administración pública británica desde 1985.
Los investigadores examinaron la relación entre el tiempo de sueño, la mortalidad y el diagnóstico de dos o más enfermedades crónicas en los últimos 25 años.
Using data from the Whitehall II cohort study, Severine Sabia and team investigate whether sleep duration is associated with subsequent risk of developing multimorbidity among adults age 50, 60, and 70 years old in England. https://t.co/upPLnOVFs8 @epiAgeing @Whitehall2study pic.twitter.com/nTRLeQyW9j
— PLOS Medicine (@PLOSMedicine) October 18, 2022
Detalles de resultados
Según los resultados, los que declararon haber dormido cinco horas o menos a los 50 años tenían un 20 % más de probabilidades de ser diagnosticadas de una enfermedad crónica. Asimismo, poseían un 40 % más de probabilidades de ser diagnosticadas de dos o más enfermedades crónicas en los siguientes 25 años, en comparación con las personas que dormían hasta siete horas.
También descubrieron que quienes dormían cinco horas o menos tenían un 25 % más de riesgo de mortalidad en los siguientes 25 años. Esto debido a que la corta duración del sueño aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas que incrementan el riesgo de muerte.
La investigadora Sabia advierte que a medida que las personas envejecen, sus hábitos de sueño y su estructura cambian pero es importante dormir entre siete y ocho horas por noche.
Cómo dormir mejor
Para garantizar un mejor sueño nocturno, el estudio aconseja promover una buena higiene del sueño. Esto incluye asegurarse de que el dormitorio esté tranquilo, oscuro y con una temperatura agradable antes de dormir.
También recomienda evitar los dispositivos electrónicos y las comidas copiosas antes de acostarse. En paralelo, la actividad física y la exposición a la luz durante el día también podrían favorecer un buen sueño.
Como parte del estudio, los investigadores también evaluaron si dormir nueve horas o más afectaba a los salud pero no hallaron asociaciones claras.
Sin embargo, si a un participante ya se le había diagnosticado una enfermedad crónica, la larga duración del sueño se asociaba con un riesgo aproximadamente un 35% mayor de desarrollar otra enfermedad.
Los investigadores creen que esto podría deberse a las condiciones de salud subyacentes que afectan al sueño.
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