Redacción Ciencia, 1 jun (EFE).- Investigadores de la Universidad de Tokio identificaron una mutación genética que refuerza la estructura y la elasticidad de los tendones de los ratones. Ello les permite saltar más lejos y correr más rápido que los roedores que no la tienen.
Además, el estudio ha demostrado que esta mutación está presente con frecuencia en velocistas, lo que sugiere que podría conferir las mismas ventajas atléticas a los humanos.
La investigación, publicada este miércoles en la revista Science Translational Medicine, ofrece una imagen más completa de la biología de los tendones. También sugiere que una proteína mutada podría servir como tratamiento en los trastornos del sistema musculoesquelético.
En ese sentido, los tendones son algo así como las cuerdas centrales del sistema musculoesquelético y juegan un papel fundamental en el movimiento físico. Esto se debe a que estos tejidos, fuertes y elásticos, ayudan a transmitir energía de los músculos a las articulaciones y pueden almacenar energía elástica.
Sin embargo, los tendones también pueden sufrir daños y para repararlos es esencial conocer las bases moleculares que gobiernan la biología de estos tejidos.
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Genética y deporte
Por ello, en los últimos años los investigadores han empezado a explorar el papel de la genética en el rendimiento deportivo. Este depende en gran medida de la biología de los tendones.
Entretanto, en el estudio, Ryo Nakamichi y sus colegas examinaron ratones con la mutación R2482H en Piezo1. Este se relaciona con la fuerza en huesos y otros tejidos.
Sorprendentemente, los ratones tenían unas capacidades atléticas asombrosas y podían saltar más lejos y correr más rápido que los ratones normales. Ello indicaba que la mutación les confería más potencia y velocidad.
Además, los estudios microscópicos también mostraron que los tendones de Aquiles de los ratones mutantes Piezo1 eran sustancialmente más anchos. También poseían fibras más grandes y podían almacenar más energía elástica.
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En humanos
Los hallazgos en ratones llevaron a los investigadores a examinar el papel de una variante genética común en afroamericanos, jamaicanos y africanos occidentales y vinculada al rendimiento físico.
Asimismo, al analizar el genoma de 91 velocistas jamaicanos, observaron que la variante humana (E756del) era más frecuente en los velocistas que en un grupo de 108 estudiantes jamaicanos no deportistas.
La comprensión de la mecanobiología de los tendones mediada por Piezo1 podría servir de base para futuros estudios sobre posibles aplicaciones para el rendimiento atlético. También en aplicaciones médicas para los trastornos musculoesqueléticos, concluyen los autores.
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