Lisboa, 01 de nov (EFE).- El Museo de Arte, Tecnología y Arquitectura (MAAT) de Lisboa propone explorar hasta el límite la producción de vanguardia hecha con medios básicos de la mano de dos exposiciones, una de la argentina Vivian Suter y otra del británico Anthony McCall, que trasladarán al visitante del paisaje y naturaleza de Guatemala a las tinieblas de una habitación.
Desde el pasado miércoles hasta el 17 de marzo, el MAAT exhibirá más de 500 piezas de Suter, figura destacada del arte abstracto contemporáneo, y al mismo tiempo acogerá la primera exposición individual de McCall en Portugal, conocido por innovar con medios cinematográficos.
A orillas del río Tajo, en el barrio de Belém, la muestra de Suter reviste el museo con telas colgadas del techo o superpuestas en el suelo y teñidas de color, inspiradas en su relación con la naturaleza.
Las piezas, 163 de ellas presentadas por primera vez, forman parte de la exposición titulada ‘Disco’.
Estas obras abstractas, sin título ni fecha, reflejan la relación de la pintora con la naturaleza y están inspiradas en el estudio en el que vive y trabaja desde hace 40 años, situado en Panajachel, un pueblo guatemalteco a orillas del lago de Atitlán.
La creadora argentina explicó durante una visita guiada que el objetivo es enseñar al público el lugar en el que vive con sus mascotas, una antigua plantación de café.
La naturaleza es la inspiración
La naturaleza no solo le inspira, sino que también su efecto se refleja en sus lienzos, que muchas veces permanecen sobre bastidores en el exterior de la casa, expuestos a la luz, el viento o la lluvia, hasta el punto de que algunos de ellos acaban destruidos por las tormentas tropicales.
Después de un tiempo fuera, Suter les quita el soporte para liberarlos y que solo quede la tela, porque así toman una vida más.
En algunas de las pinturas se aprecian ciertas siluetas de paisajes, pero para ella lo importante es que cada uno interprete algo diferente en las obras.
El público que visite el MAAT viajará del paisaje natural de Guatemala a las tinieblas con ‘Rooms‘, de McCall, con piezas creadas entre 2007 y 2020.
En una sala oscura se aprecian figuras, aparentemente tridimensionales, formadas con la luz de un proyector y humo, que a su vez se reflejan en las paredes. Son un total de cuatro obras, denominadas ‘Solid Light Works’ (trabajos de luz sólida), que crean un espacio inmersivo con distintos elementos.
Sérgio Mah, director adjunto del MAAT, subrayó durante la visita para la prensa que la experiencia es una deconstrucción de una sala de cine, donde únicamente hay un punto de vista, que es la pantalla.
Luz y oscuridad
En el caso de la creación de McCall, el cuerpo del visitante también se convierte en pantalla y, por tanto, con unos elementos mínimos, que son la oscuridad, un proyector como fuente de luz y el humo, la obra está en esa encrucijada de ser película, escultura y dibujo.
Durante los años 70, cuando el artista se muda a Nueva York, realizaba sus ‘performance’ en ‘lofts’, donde todo el mundo fumaba, creando una atmósfera especial para sus obras. Como no se solía consumir tabaco en los museos, el artista se dedicó a otras cosas durante años hasta la aparición de nuevos procesos y dispositivos digitales, que le permitieron crear humo de manera artificial.
Para Mah, aunque ‘Disco’ y ‘Rooms’ son dos exposiciones muy diferentes desde el punto de vista técnico y estético, tienen mucho que ver la una con la otra, porque ambos artistas intentan repensar y explorar hasta el límite la producción artística con medios esenciales. EFE
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