Redacción Ciencia, 3 agol (EFE).- Casi todo en la vida puede explicarse a través de las matemáticas, incluido la difusión de noticias falsas, según revela un nuevo estudio científico que constata que la desinformación se propaga por un proceso similar al de la fisión nuclear, relativamente fácil de detener si se para desde el principio.
La fisión nuclear es el proceso que se utiliza hoy día en todo el mundo para producir electricidad a partir de energía atómica.
Tiene lugar cuando el núcleo de un átomo pesado, al capturar (de forma activa) un neutrón incidente, se divide en dos o más núcleos de átomos más ligeros, emitiendo en el proceso neutrones, rayos gamma y grandes cantidades de energía mediante esa reacción en cadena.
Pues bien, los modelos matemáticos usados por investigadores de la universidad china de Normal de Shandong detectaron que la manera en que se propagan los rumores es muy similar a la de la fisión nuclear: precipitándose sobre un individuo que luego produce una reacción en cadena, según una investigación que se publicó en la revista AIP Advances.
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Las personas, sujetos activos en la desinformación
Hasta ahora, el modelo más usado por los científicos para explicar la propagación de la desinformación era el de las enfermedades infecciosas: las noticias falsas vendrían a ser microbios contagiosos que se pasan de unas personas a otras.
Este modelo considera a las personas agentes pasivos en la recepción de información falsa, ignorando las consideraciones personales, psicológicas y conductuales en el mundo real que hacen que muchas personas sean realmente activas a la hora de difundir bulos, subraya uno de los autores de esta investigación, Wenrong Zheng, en un comunicado de la revista.
Por el contrario, Zheng y sus colegas han estudiado cómo cuando una persona se encuentra con una información potencialmente falsa, la valora en función de sus intereses personales y decide si la contrasta y la para, o la difunde.
Los autores explican:
Las personas deciden activamente difundir un bulo en su círculo y vienen a actuar como los neutrones, las pequeñas partículas que desencadenan la fisión nuclear, dando lugar a una reacción en cadena.
La educación es clave
Esta nueva perspectiva sobre la difusión de la desinformación puede ofrecer ideas sobre cómo tienden a propagarse y qué pueden hacer los individuos para mitigarlos, afirman los autores.
Zheng agrega:
Hemos comprobado que las noticias falsas se propagan a pequeña escala en la fase inicial, por lo que en muchos casos se podrían detener haciendo un seguimiento en tiempo real y emitiendo correcciones en las plataformas donde se difunden.
El investigador señala que aunque nunca ha sido tan fácil difundir información falsa por naturaleza anónima e impersonal de internet, combinada con herramientas avanzadas como la inteligencia artificial, el alcance de la propagación de un bulo está estrechamente relacionado con el nivel educativo de quien lo recibe.
La educación es fundamental para combatir la desinformación, está claro que cuanto mayor es el nivel educativo, más fácil es distinguir lo real de lo falso y cuestionar los bulos, concluye. EFE
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