Redacción Ciencia, 25 oct (EFE).- La ciencia ha alzado hoy una bandera roja para las comunidades costeras en el Caribe y la costa atlántica de Estados Unidos: deben mejorar su preparación y sistemas de alerta, ya que una nueva investigación constata que los huracanes se están intensificando rápidamente en estas zonas, pasando de categoría 1 a 3 o más en 24 horas.
El estudio, publicado el jueves en Scientific Reports, es el más completo hasta la fecha sobre la evolución de la velocidad del viento de los huracanes atlánticos ocurridos entre 1970 y 2020. Para el análisis se utilizaron los datos del Centro Nacional de Huracanes (en Miami, Estados Unidos).
La autora es Andra Garner, investigadora y profesora de Ciencias Ambientales de la Universidad de Rowan, en Nueva Jersey. Dividió su análisis en tres fases temporales: era histórica (1970-1990), intermedia (1986-2005) y moderna (2001-2020).
Los científicos llevan décadas advirtiendo de que las alteraciones derivadas de la emisión de gases de efecto invernadero están provocando un empeoramiento y una mayor frecuencia de los fenómenos meteorológicos severos. Ahora, esta nueva investigación lo confirma para los huracanes.
Sus conclusiones han revelado que hoy hay más del doble de posibilidades que en el período 1970-1990 de que una gran tormenta atlántica pase de ser un huracán débil de categoría 1 a categoría 3 o superior en un período de apenas 24 horas.
[Huracán Tammy 8 AM]
Se aleja de las islas de Sotavento al nortenoroeste a 10 mph y los vientos permanecen en 85 mph en la posición 18.9N – 62.5W. El aviso de Huracán para St Marteen fue descontinuado.
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Mayor calentamiento, más aceleración
Garner ha observado cómo entre 2001 y 2020, coincidiendo con la era de mayor calentamiento, los índices de intensificación de los huracanes fueron hasta un 28.7 % superiores a los registrados entre 1970 y 1990.
Además, la posibilidad de que la velocidad máxima de un huracán sea de rachas de más de 37 kilómetros por hora (23 mph) ha pasado de un 42.3 % en la era histórica al 56.7 % en la era moderna.
Los últimos años han sido críticos, cuatro de los cinco huracanes atlánticos más dañinos económicamente ocurridos en 50 años se han producido en los últimos cinco (desde 2017). Todos se han fortalecido rápidamente, en menos de 24 horas.
Garner ha visto, además, cómo los lugares donde los huracanes tienen más posibilidades de experimentar su máximo nivel de intensificación han cambiado entre épocas. En este sentido, la costa atlántica estadounidense y el mar Caribe son las zonas donde más virulentos se están volviendo en apenas unas horas.
La investigadora Garner explicó:
El calentamiento creciente del agua del mar, como las temperaturas récord registradas este verano frente a las costas de Florida, porque las tormentas tropicales se alimentan de la energía del agua del océano, por lo que cuanto más caliente esté, mayor será la cantidad de energía que puedan extraer esas tormentas.
[Depresión Tropical 21 11 PM]
A solo pocas horas de llegar a Nicaragua la DT con vientos de 30 mph y se mueve al noroeste a 5 mph. Las lluvias van a ser el mayor peligro cuando el remanente llegue a CentroAmerica.
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Rápido crecimiento de huracanes
El pasado septiembre, el huracán Lee alcanzó la categoría 5 en tan solo unas horas. Se convirtió en la tercera tormenta tropical de la historia que más rápidamente se ha intensificado desde que hay datos.
La autora de la investigación, añadió:
Debido a las aguas anormalmente cálidas en el Atlántico de Estados Unidos.
No podemos perder de vista que más del 90 % del calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero se concentra en los océanos, y que ese calentamiento está repercutiendo en huracanes cada vez más dañinos para las comunidades costeras.
Garner ha hecho hincapié en que estudios como este deben llamar la atención sobre la urgencia de abandonar los combustibles fósiles e implementar un desarrollo bajo en emisiones para evitar que estas tormentas continúen empeorando en el futuro.
La investigadora ha destacado que, de momento, es difícil predecir en qué momento se intensificará un huracán. Ante ello, es fundamental mejorar la protección de las zonas costeras potencialmente afectadas por esa intensificación y mejorar los sistemas de comunicación para advertir a las comunidades en riesgo. EFE
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