Ciudad de Guatemala, 16 mar (AGN).- El Atlético de Madrid ha vivido una de sus semanas más desastrosas en la era Simeone. En solo unos días, el equipo quedó fuera de la Champions League a manos del Real Madrid y, como si eso no fuera suficiente, el Barcelona los hundió en LaLiga con una derrota que los deja a cuatro puntos del liderato. Un golpe anímico que huele a temporada perdida.
La tónica ha sido la misma en ambos partidos: el Atlético golpea primero, pero luego Simeone ordena replegarse.
Contra el Madrid, el plan no resistió y los merengues terminaron firmando la remontada. Frente al Barcelona, tras un inicio prometedor, el equipo volvió a encerrarse y acabó pagando caro la falta de ambición. Plantar el autobús ha sido el recurso de siempre, pero esta vez no fue suficiente.
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Atlético de Madrid tira la temporada
Luego de fichajes importantes en el mercado de verano, la afición colchonera ve como una vez más el sueño de coronarse se les va entre las manos, en gran parte por culpa del planteamiento del Cholo Simeone.
Esa falta de ganas de ganar que hoy si demostró el Barcelona, ha sido la culpable de que el Atlético de Madrid caiga año tras año en las grandes competiciones, ante equipos que han aprendido a romper la resistencia culé.
A la crisis se suma la Copa del Rey. En la ida de las semifinales contra el Barça, el Atlético protagonizó un duelo de locura que terminó 4-4.
Ahora, la vuelta será en el Metropolitano el 2 de abril. Con el golpe moral de los últimos partidos, la clasificación parece más una ilusión que una posibilidad real.
La afición, que siempre respaldó el estilo del Cholo empieza a perder la paciencia. La falta de variantes ofensivas y la insistencia en proteger el resultado antes que liquidar los partidos han convertido al Atlético en un equipo predecible.
Los rivales ya conocen la fórmula y, esta vez, la estrategia de aguantar hasta el final ha sido una sentencia de muerte.
Simeone y su equipo aún tienen opciones matemáticas en LaLiga y la Copa, pero la sensación es que el Atlético ha tirado la temporada en una semana.
Si no hay un cambio de mentalidad, el proyecto que en su momento desafió a los gigantes de España podría quedarse estancado, una vez más, en la misma historia de siempre.
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Ja/dm