Washington, 24 feb (EFE).- William Burns, el nominado por el presidente estadounidense, Joe Biden, para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA), prometió que acelerará los esfuerzos para competir con China y su “liderazgo depredador”, que consideró “el mayor reto geopolítico” de Estados Unidos.
En su audiencia de confirmación ante el Comité de Inteligencia del Senado, Burns aseguró que “ganar la competición a China será clave para la seguridad nacional (de Estados Unidos) en las próximas décadas”.
“El liderazgo antagonista y depredador de China es nuestro mayor reto geopolítico”, afirmó el veterano diplomático de carrera.
Burns precisó que China es un adversario especialmente “formidable” en cuanto a la “mejora metódica de su capacidad para robar propiedad intelectual, para reprimir a su propio pueblo, para intimidar a sus vecinos, para expandir su alcance global e influir en la sociedad estadounidense”.
“Para la CIA, eso significará que tenemos que intensificar nuestra concentración y sentido de urgencia”, lo que incluye reclutar a más especialistas en China, mejorar su conocimiento del chino mandarín y dedicar más recursos en general a espiar al gigante asiático, añadió.
La relación entre Estados Unidos y China se deterioró drásticamente bajo el mandato del anterior presidente estadounidense, Donald Trump, y se espera que las tensiones continúen bajo Biden, quien ha pedido concentrar recursos en lo que describe como una “competición estratégica a largo plazo” con Pekín.
El candidato a dirigir la CIA relacionó esa competición con China con la necesidad de que la agencia de espionaje más famosa de Estados Unidos invierta en nuevas tecnologías para afinar sus técnicas de recopilación y análisis de información.
“La CIA tendrá que afilar incesantemente sus mecanismos para entender cómo nuestros rivales usan herramientas cibernéticas y tecnológicas; anticipar, detectar y disuadir de su uso; y mantener una ventaja a la hora de desarrollarlas”, recalcó Burns.
Diplomático
El diplomático, que ha trabajado para presidentes republicanos y demócratas a lo largo de cuatro décadas y fue subsecretario de Estado durante el gobierno de Barack Obama (2009-2017), es un experto en Rusia.
En concreto, subrayó la importancia de la “firmeza y la coherencia” en la relación con Rusia, que bajo el mandato de Trump estuvo caracterizada por la postura ambigua y en ocasiones afín del presidente y la línea dura que adoptaron las agencias de su gobierno.
Además, se comprometió a mantenerse alejado de las pugnas partidistas en Washington, al afirmar que durante su largo período en el Departamento de Estado aprendió que “la política debe detenerse donde empieza el trabajo de inteligencia”.
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AGN. / km / dm