Roma, Italia, 22 feb (EFE).- El papa Francisco manifestó su postura contra el individualismo y la idolatría del ‘yo’ y advirtió de que en la Iglesia no cuenta lo exterior o los juicios humanos sino el amor y la verdad. Esto lo dijo en su homilía durante la misa por el Miércoles de Ceniza, en cuya procesión no participó por sus problemas de movilidad.
La ceniza que hoy recibimos en la cabeza nos dice que cada presunción de autosuficiencia es falsa y que idolatrar el ‘yo’ es destructivo y nos encierra en la jaula de la soledad, dijo Francisco, sentado junto al altar de la basílica de Santa Sabina.
#PapaFrancisco #Cuaresma2023 Recordemos que, en la vida personal, como en la vida de la Iglesia, lo que cuenta no es lo exterior, los juicios humanos y el aprecio del mundo; sino sólo la mirada de Dios, que lee el amor y la verdad. #SantaMisa #MiercolesDeCeniza pic.twitter.com/O2fiXgAOMQ
— Vatican News (@vaticannews_es) February 22, 2023
Inicio de la Cuaresma
Como es tradición, el pontífice presidió este rito que abre la Cuaresma, el período de 40 días hasta la Semana Santa, en la antigua basílica de Santa Sabina.
Sin embargo, no pudo participar en la procesión con la que el clero llega cada año a este templo desde la cercana iglesia de San Anselmo, a causa de los problemas de rodilla que le impiden permanecer de pie desde hace algunos meses.
Por esa misma razón, el pontífice leyó su homilía sentado y ataviado con paramentos morados, propios de la Cuaresma.
Este es el tiempo favorable para convertirnos, para cambiar la mirada antes que nada sobre nosotros mismos, para vernos por dentro, invitó ante obispos, cardenales, curas, religiosas y los frailes dominicos de Santa Sabina.
También recordó que la Cuaresma es un tiempo para quitarnos las máscaras que llevamos cada día aparentando ser perfectos a los ojos del mundo y luchar contra la falsedad y la hipocresía. No las de los demás, sino las nuestras.
Su mensaje implica también a la Iglesia católica, cuyos gestos y ritos muchas veces no tocan la vida, no son auténticos, lamentó.
Quizá los hacemos solo para que los demás nos admiren, para recibir el aplauso, para atribuirnos el crédito. Recordamos que en la vida personal, como en la vida de la Iglesia, lo que no cuenta es el exterior, los juicios humanos y el aprecio del mundo, sino la mirada de Dios, que lee el amor y la verdad, sostuvo.
Para cumplir con estos objetivos, Francisco recomendó tres grandes vías: La limosna, que no debe ser un gesto rápido para limpiarse la conciencia sino experimentar la pobreza del prójimo; la oración sincera y el ayuno.
Imposición de ceniza
Luego de su mensaje, el Papa recibió en su cabeza las cenizas de parte del cardenal italiano Mauro Piacenza.
Después, el pontífice impuso la ceniza a algunos miembros del clero con la fórmula Recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás.
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