Redacción Ciencia, 16 oct (EFE).- Hace 66 millones de años, el asteroide Chicxulub, de varios kilómetros de ancho, impactó contra la Tierra, lo que acabó con casi todos los dinosaurios y con unas tres cuartas partes de las especies. Además, según un nuevo estudio, el impacto también provocó un potente tsunami global.
La ola gigante generada por Chicxulub desencadenó unas olas kilométricas que arrasaron el fondo del océano a miles de kilómetros del lugar del impacto, en la península de Yucatán, México.
Esta es la principal conclusión de un estudio dirigido por la Universidad de Michigan que publicó la revista AGU Advances.
Este tsunami fue lo suficientemente fuerte como para perturbar y erosionar los sedimentos en las cuencas oceánicas de medio mundo, asegura la autora principal Molly Range.
Resultado del impacto
Los autores del estudio calcularon que la energía de la ola gigante causada por Chicxulub fue hasta 30 mil veces mayor que la del tsunami más devastador de la historia, el que tuvo lugar en diciembre de 2004 en la isla indonesia de Sumatra, que dejó más de 230 mil personas afectadas en una docena de países.
Las simulaciones del equipo muestran que el tsunami de impacto se movió hacia el este y el noreste en el océano Atlántico Norte, y hacia el suroeste a través del Canal de América Central en el océano Pacífico Sur.
El Atlántico Sur, el Pacífico Norte, el océano Índico y la región que actualmente es el Mediterráneo quedaron mucho más protegidos de los efectos más fuertes del tsunami.
Dinosaur-killing asteroid triggered global tsunami that scoured seafloor thousands of miles from impact site https://t.co/0GerqMLeFw Check out this new @AguAdvances study led by @MichiganEarth researchers.
— James Erickson (@JamesErickson11) October 4, 2022
Recreación
En una segunda parte del estudio dedicada a la modelización, Brandon Johnson, de la Universidad de Purdue, recreó los primeros minutos del suceso, el impacto, la formación del cráter y el inicio del tsunami.
Para ello, simuló un asteroide de 14 kilómetros de diámetro que se movía a 12 kilómetros por segundo y que chocaba contra una corteza granítica recubierta de gruesos sedimentos y aguas oceánicas poco profundas.
El impacto provocó un cráter de 100 kilómetros de ancho y expulsó densas nubes de hollín y polvo a la atmósfera.
Dos minutos y medio después del impacto, una cortina de material expulsado empujó una pared de agua hacia fuera y formó brevemente una ola de 4.5 kilómetros de altura.
Diez minutos después de que el proyectil impactara en Yucatán, y a 220 kilómetros del punto de impacto, una ola de 1.5 kilómetros de altura comenzó a barrer el océano en todas direcciones, según la simulación.
A los 10 minutos, los resultados de las simulaciones se introdujeron en dos modelos de propagación de tsunamis.
Según la simulación del equipo, una hora después del impacto, el tsunami había salido fuera del golfo de México hacia el Atlántico Norte, y a las cuatro horas, las olas habían atravesado el Canal de América Central y se habían adentrado en el Pacífico.
Un día después del impacto, las olas habían atravesado la mayor parte del Pacífico por el este y la mayor parte del Atlántico por el oeste y habían entrado en el océano Índico por ambos lados.
A las 48 horas, las olas del tsunami habían alcanzado la mayor parte de las costas del mundo.
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