Redacción Ciencia, 25 may (EFE).- Los microplásticos que contienen los alimentos ultraprocesados y que se acumulan en el cerebro en cantidades alarmantes, podrían estar contribuyendo potencialmente al aumento global de tasas de depresión, demencia y otros trastornos de salud mental, según cuatro estudios publicados este martes en la revista Brain Medicine.
Los nuevos estudios sintetizan las evidencias científicas que en los últimos tiempos han ido demostrando que los microplásticos -partículas de menos de 5 milímetros que se desprenden del plástico al degradarse- se acumulan en el cerebro y podrían estar afectando a la salud mental a través de múltiples vías biológicas interconectadas.
La portada de la revista -dedicada a estos cuatro estudios- muestra un cerebro humano salpicado de coloridas partículas junto a una cuchara de plástico, una imagen que resume el hallazgo principal: que nuestros cerebros contienen aproximadamente una cucharada de material microplástico.
Consumo de ultraprocesados
Los dos primeros trabajos, sendos artículos de opinión firmados por Nicholas Fabiano (Universidad de Ottawa), Brandon Luu (Universidad de Toronto), David Puder (Universidad de Loma Linda) y Wolfgang Marx (Universidad Deakin) reúne evidencias emergentes para proponer una hipótesis novedosa que conecta el consumo de alimentos ultraprocesados, la exposición a microplásticos y los resultados en salud mental.
— Enséñame de Ciencia (@EnsedeCiencia) May 20, 2025
Fabiano avisa:
Estamos viendo evidencia convergente que debería preocuparnos. Los alimentos ultraprocesados ahora suponen más del 50% de la ingesta energética en países como Estados Unidos, y estos alimentos contienen concentraciones significativamente más altas de microplásticos que los alimentos integrales. Hallazgos recientes muestran que estas partículas pueden atravesar la barrera hematoencefálica y acumularse en cantidades alarmantes.
Los investigadores recuerdan que, según diversos estudios, el consumo de alimentos ultraprocesados tiene resultados adversos para la salud mental. Según una reciente revisión publicada en The BMJ, las personas que consumían ultraprocesados tenían un 22 % más de riesgo de depresión, 48 % más de riesgo de ansiedad y 41 % más de riesgo de problemas de sueño.
Y es que, según los datos del estudio, alimentos como los nuggets de pollo contienen 30 veces más microplásticos por gramo que las pechugas de pollo naturales, un dato que refleja el impacto del procesamiento industrial.
Una cucharada de microplásticos
En paralelo, hallazgos recientes publicados en Nature Medicine demostraron que el cerebro contiene concentraciones alarmantes de microplásticos equivalentes a una cuchara, una cantidad entre tres a cinco veces más alta en aquellos con diagnósticos de demencia.
Esta hipótesis es particularmente convincente porque vemos una superposición notable en los mecanismos biológicos, subraya Marx.
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Añade:
Los alimentos ultraprocesados se han vinculado a salud mental adversa a través de inflamación, estrés oxidativo, epigenética, disfunción mitocondrial y alteraciones en los sistemas de neurotransmisores. Los microplásticos parecen operar a través de vías notablemente similares.
Los autores creen que para determinar si el contenido de microplásticos de los alimentos ultraprocesados es responsable de sus efectos negativos observados en la salud mental, habría que estudiar esta relación de manera más sistemática cuantificando la exposición a estos contaminantes a través del consumo de alimentos.
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