Ciudad de Guatemala, 30 may (AGN).– En un homenaje celebrado esta tarde en el Salón Banderas, del Palacio Nacional de la Cultura, el presidente Bernardo Arévalo impuso la Orden del Quetzal en el Grado de Gran Oficial a Rodolfo Rohrmoser Valdeavellano y José Gabriel Larios Ochaita. La distinción fue entregada como un acto de justicia a quienes, con entereza y principios democráticos, protegieron la institucionalidad en un momento de profunda amenaza a la democracia guatemalteca.
El presidente Arévalo, acompañado por la viceministra de Relaciones Exteriores, María Luisa Ramírez, destacó la profundidad simbólica del evento, no solo por la conmemoración de los 40 años de la Constitución de 1985, sino porque coincide con el Día Nacional del Popol Vuh. Recordó las palabras de Luis Cardoza y Aragón, quien definió al Popol Vuh como la carta magna del alma guatemalteca. Así, Arévalo enlazó la cultura ancestral con la lucha por la democracia contemporánea.
Uno de los momentos más destacados del discurso presidencial fue su llamado a la reflexión profunda sobre el presente y el futuro del país.
La historia de una sociedad es un proceso vivo, siempre cambiante, y ese proceso va de la mano con su historia constitucional.
En sus palabras, resonó un llamado firme a proteger la Constitución como un escudo de justicia y dignidad:
No hay paz sin justicia y no hay justicia sin constitución.
Dijo el mandatario enfatizando la importancia de no permitir que se tergiverse la ley para intereses mezquinos.
Conmemoración 40 años de la promulgación de la Constitución Política de la República de Guatemala https://t.co/2Xgqf5OiWu
— Gobierno Guatemala (@GuatemalaGob) May 30, 2025
Una corte que marcó el rumbo del país
El mandatario rememoró el papel de la Corte de Constitucionalidad de 1993 que, frente a una crisis institucional, defendió con valentía el orden democrático. La valentía de magistrados como Gabriel Larios y Rodolfo Rohrmoser quedó grabada en la memoria nacional.
Ambos homenajeados tienen un legado significativo. Rohrmoser, jurista egresado de la Universidad de San Carlos, fue magistrado de la Corte de Constitucionalidad en dos periodos, embajador y docente universitario.
Por su parte, Gabriel Larios ha destacado como catedrático, abogado y diputado constituyente en 1984. Con sus aportes, contribuyeron no solo a la defensa de la carta magna, sino a la construcción de un Estado de derecho duradero.
Honrar la Constitución es hacer que su espíritu prevalezca.
En su mensaje final, el presidente Arévalo llamó a todos los actores sociales y políticos a comprometerse con los valores democráticos.
Debemos apropiarnos de los valores expresados en la Constitución y enfrentar, como lo hemos hecho antes, a quienes intentan anularnos.
A los homenajeados, les agradeció en nombre del país:
La Constitución que ustedes defendieron gallardamente es una marca indeleble en la conciencia política de nuestra nación.

Un acto de memoria y futuro
El evento concluyó con un mensaje claro: el reconocimiento no es solo un acto ceremonial, sino una afirmación de que Guatemala no olvidará a quienes defendieron la democracia cuando más lo necesitaba. A través de estas distinciones, el Estado honra el pasado, protege el presente y vislumbra un futuro con instituciones firmes, justicia real y participación incluyente.
Asimismo, se realizó un conversatorio llamado Los 40 años de la Constitución y su importancia en la historia del país, en el que participaron:
• Álvaro Castellanos
• Anabela Morfín
• Jorge Beteta, estudiante de la Universidad Rafael Landívar
En este espacio, dieron su punto de vista sobre la Constitución y la importancia de conocerla.
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