Escuintla, 5 oct (AGN).- La vicepresidenta Karin Herrera es la madrina del buque GC-871 Hunahpú, donado por Estados Unidos a Guatemala.
Herrera se consagró como madrina del buque luego del tradicional bautizo de las fuerzas de mar que consiste en estrellar una botella de champán contra la coraza para desear buena suerte al barco y su tripulación.
Esto se llevó a cabo como parte de la ceremonia de recepción del buque en el Comando Naval del Pacífico.
La vicemandataria fue la designada para arrojar la botella de champán contra la proa de la embarcación para dar inicio a un camino lleno de éxitos en favor del país, principalmente en la defensa de las aguas guatemaltecas para el combate del trasiego de drogas.
Antes de lanzar la botella al barco, la vicemandataria exclamó:
Hunahpú, yo te bautizo.
Ser nombrada madrina del Buque GC-871 Hunahpú 🚢 es una enorme responsabilidad que asumo con profundo compromiso.
Este buque es un símbolo de la protección que Guatemala 🇬🇹 merece, de nuestra capacidad para defender las costas y resguardar la seguridad de las y los… pic.twitter.com/qExZVr1uOs
— Karin Herrera (@KarinHerreraVP) October 4, 2024
Cómo se inició la tradición
Según se cuenta, la tradición de romper una botella para dar la bienvenida a un nuevo barco al servicio marítimo nace en el imperio romano en búsqueda de proteger la embarcación de alguna maldición.
Esta práctica comenzó debido a las creencias de la civilización romana, caracterizada por ser tremendamente supersticiosa. Las personas recurrían a cualquier tipo de amuletos para protegerse del mal.
Al principio se acostumbraba bendecir las embarcaciones antes de navegar, esto se hacía con sacrificios de animales en búsqueda de una supuesta protección divina. Incluso, los vikingos llegaron a sacrificar vidas humanas para dar protección a sus naves.
Los romanos relacionaban el vino con la vida y el espíritu de sus dioses, por lo que inició a crearse la costumbre de quebrar una jarra de arcilla llena de vino para que su contenido cayera al mar para servirse como ofrenda y que velara por su bienestar. Ellos decían que, con este acto, el mar se tornaría tranquilo y no reclamaría vidas humanas.
Con el tiempo, esto se fue sustituyendo por botellas de vidrio con vino, whiskey, ron o champán, además de que se fue estableciendo que era mejor que una mano femenina se encargara de protagonizar el ritual.
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