Ciudad de Guatemala, 15 may (AGN).- Uno de los más grandes talentos guatemaltecos, un poeta enamorado de su patria y defensor de los suyos con pensamientos, palabras y frases, así fue Humberto Ak’abal.
Nacido en Momostenango, Totonicapán, fue uno de los escritores mayas que lograron que sus letras llegaran a distintos países, cautivando a miles de lectores con sus poesías.
Su legado no muere y la tierra que lo vio nacer lo afirma. Un enorme mural en su honor adorna una de las principales calles de la cabecera departamental de la ciudad de las manzanas.
Justo ese fue el lugar en el que el presidente Bernardo Arévalo se detuvo para admirar la obra y destacar el trabajo del gran Humberto Ak’abal.
Con motivo de una visita de trabajo a Totonicapán, Arévalo aprovechó para caminar por el centro de Totonicapán, donde pudo observar la enorme riqueza artística que engalana con colores e historia a esta región.
El trabajo de Ak’abal permanece en la memoria del mundo y uno de sus textos lo explica bien. La Huellas, de su escrito Caminar por la playa, dice:
En el lugar donde uno pone el pie
queda la huella,
la tierra guarda esa memoria.El cuerpo viaja,
el recuerdo se queda.
Uno se despide
y no se va.La vida
es el recuerdo de la muerte,
y la muerte
el recuerdo de la vida.
Humberto falleció la noche del lunes 28 de enero de 2019. La noticia de su muerte sorprendió a miles dejando su viva esencia en cada libro, cuento y ensayo que escribió para transmitir una realidad vista por pocos y que pasa desapercibida para muchos.
La obra
El mural fue hecho por artistas guatemaltecos en 2021. La obra fue pintada a mano en el edificio de la antigua sede de la Gobernación Departamental de Totonicapán.
El tema principal es Costumbres y Tradiciones de los Pueblos. La pintura realza a dos grandes totonicapenses: el prócer Atanasio Tzul y el gran poeta momosteco Humberto Ak’abal.
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