Ciudad de Guatemala, 3 dic (AGN).– Los últimos meses del 2025 quedarán grabados en la historia del fútbol guatemalteco como un periodo donde la ilusión se mezcló con la angustia. Fueron semanas en las que soñamos con ver a Guatemala en el Mundial 2026 y también con levantar la Copa Centroamericana 2025. Pero al final, ambos sueños se esfumaron.
Guatemala cierra el 2025 con un golpe al alma, sin Mundial, sin Copa Centroamericana y con la sensación amarga de haberlo tenido todo a un paso. Fue un año en el que nos ilusionamos, peleamos y soñamos, pero que al final nos dejó viendo desfilar el cadáver de nuestros propios sueños. Un recordatorio de que debemos seguir luchando contra todo y contra todos, porque seguimos creyendo que el amor, en el fútbol y en la vida, es esa arrogancia hermosa de aferrarse a lo imposible.
Guatemala despide el 2025 sin Mundial y sin Copa Centroamericana
Lo que a inicios de año parecía una utopía empezó a tomar forma con el paso de los meses. La Selección Nacional firmó la mejor eliminatoria mundialista de su historia y encendió la ilusión de millones. El sueño de ver por fin a Guatemala en un Mundial creció partido a partido. Pero el destino, una vez más, tenía reservado un golpe duro: contra Panamá, las esperanzas se desvanecieron y el boleto histórico volvió a escaparse.
De forma paralela arrancó la Copa Centroamericana, torneo que en las dos ediciones anteriores nos había dejado un mal sabor de boca. Esta vez, todo cambió. Xelajú escribió una historia distinta, una que llenó de orgullo al país entero. Los Chivos avanzaron paso a paso hasta plantarse en la gran final ante Liga Deportiva Alajuelense, el bicampeón del torneo, ese gigante tico que llegó al Cementos Progreso decidido a pelear por el tricampeonato.
El destino volvió a mostrarse cruel. Nos ilusionó igual que con el sueño mundialista, Xelajú llevó el partido al límite, lo peleó con el alma y lo extendió hasta los penales. Pero desde los once pasos, Alajuelense fue más certero y terminó llevándose la Copa, apagando una fiesta que ya se sentía cerca de estallar.
Guatemala cierra el 2025 con un golpe al alma, sin Mundial, sin Copa Centroamericana y con la sensación amarga de haberlo tenido todo a un paso. Un año donde nos ilusionamos, peleamos y soñamos, pero que al final nos dejó viendo cómo la alegria se escapaban justo cuando más cerca estaban.
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