Roma, 6 jun (EFE).- La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) avisaron de que existe el riesgo de que haya una crisis alimentaria generalizada, ya que el hambre amenaza la estabilidad en decenas de países.
En ese sentido, ambas organizaciones de Naciones Unidas con sede en Roma advirtieron, en un informe publicado este lunes, de las múltiples crisis alimentarias que se avecinan.
Asimismo, de acuerdo con el documento, los conflictos, las perturbaciones climáticas y las consecuencias de la pandemia del COVID-19 impulsan el riego de hambre. También la enorme carga de la deuda pública, agravada por los efectos de la guerra en Ucrania.
El conflicto bélico ha hecho que los precios de los alimentos y el combustible aumenten en muchos países del mundo.
Investments in food and agriculture are responsible ONLY when they ensure human rights, including the right to food.
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— FAO (@FAO) June 6, 2022
Piden acción humanitaria urgente
En el documento, la FAO y el PMA pidieron una acción humanitaria urgente en 20 puntos calientes del hambre, en los que la situación puede empeorar entre junio y septiembre de 2022.
Además, dijeron que es fundamental salvar vidas y medios de subsistencia, y evitar la hambruna.
La guerra en Ucrania que Rusia empezó el 24 de febrero ha exacerbado el ya constante aumento de los precios de alimentos y energía. Esta situación ya está afectando a la estabilidad económica en todas las regiones, señala.
Mientras tanto, el director general de la FAO, Qu Dongyu, dijo estar profundamente preocupado por el impacto combinado de las crisis superpuestas que ponen en peligro la capacidad de las personas para producir y acceder a los alimentos.
Todo ello lleva a millones de personas más a niveles extremos de inseguridad alimentaria aguda.
Por su parte, el director ejecutivo del PMA, David Beasley, aseguró que el mundo se enfrenta a una tormenta perfecta.
Añadió que esta tormenta no solo va a perjudicar a los más pobres entre los pobres. También causará el hambre de millones de familias que hasta ahora apenas han podido mantenerse a flote.
Igualmente, las condiciones ahora son mucho peores que durante la primavera árabe de 2011, y la crisis de los precios de los alimentos de 2007-2008. Para entonces, 48 países se vieron sacudidos por disturbios políticos, revueltas y protestas, añadió.
Sequías, inundaciones y huracanes
Además, el informe asegura que las sequías, las inundaciones, los huracanes y los ciclones diezman repetidamente la agricultura y la ganadería.
Asimismo, causan desplazamientos de población y llevan a millones de personas al borde del abismo en países de todo el mundo.
También creen ambas organizaciones que las preocupantes tendencias climáticas vinculadas a La Niña desde finales de 2020 continuarán este año. Por ello se incrementarán las necesidades humanitarias y el hambre aguda.
Además, apuntan a que una sequía sin precedentes en África Oriental, que afecta a Somalia, Etiopía y Kenia, está dando lugar a la cuarta temporada consecutiva de lluvias por debajo de la media.
Mientras tanto, Sudán del Sur se enfrentará a su cuarto año consecutivo de inundaciones a gran escala.
Por último, países como la República Democrática del Congo, Haití, el Sahel, Sudán y Siria siguen siendo motivo de gran preocupación con el deterioro de las condiciones críticas.
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