Naciones Unidas, 30 sep (EFE).- El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó este martes la transición de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS, en inglés), liderada hasta hoy por Kenia, a una Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF), una resolución impulsada por Estados Unidos y Panamá.
La votación de la resolución, cuya implementación tiene carácter inmediato, se resolvió con 12 votos a favor, 3 abstenciones -de China, Rusia y Pakistán- y ninguno en contra.
La GSF contará con hasta un máximo de 5 mil 500 efectivos policiales o militares, asistidos por 50 civiles, y tendrá un mandato inicial de 12 meses, según el texto de la resolución.
La MSS, que terminaba su actual mandato el jueves, pretendía alcanzar los 2 mil 500 integrantes y finalmente se quedó en 970 miembros, en su inmensa mayoría (700 de ellos) procedentes de Kenia, que lideraba la iniciativa sobre el terreno.
Ahora, la nueva misión apunta a que seguirá contando con el apoyo de los efectivos policiales keniatas, y de otras naciones centroamericanas y caribeñas, a los que deberían sumarse refuerzos.
Sin embargo, la GSF contiene un gran interrogante, y es que no está garantizada su financiación: de hecho, la resolución especifica que el costo de personal será aportado por contribuciones voluntarias de los Estados que quieran participar.
Para la MSS se presupuestaron 600 millones de dólares de coste operativo durante el primer año y apenas llegó a los 115 millones recaudados.
El texto de la resolución plantea dudas
La redacción de la resolución, en la que Panamá figura igualmente como promotora, es confusa y contradictoria en algunos puntos, como el que supedita las operaciones de esta fuerza a la Policía Nacional de Haití (PNH) pero esgrimiendo que también podría actuar de manera independiente para neutralizar pandilleros.
Además, otra de las cuestiones que inquieta a los colectivos pro derechos humanos es que en ella se detalla que actuará conforme al derecho internacional y los derechos humanos, según proceda, abriendo la puerta a situaciones que puedan vulnerar las garantías de una población civil ya asolada por diversos desastres humanitarios.
Hasta ahora, la MSS ha operado de manera conjunta con la PNH para el restablecimiento del orden y sobre el papel, porque se han documentado casos de ejecuciones extrajudiciales por parte de las autoridades, se debía evitar el uso de fuerza letal contra ciudadanos haitianos a menos que supusieran una amenaza real para su integridad.
El desafío de combatir a menores en pandillas
Otra de las novedades en la resolución aprobada es que se pretende incorporar elementos militares a la misión, lo que también preocupa a oenegés por estar formados para otro tipo de tareas y no tanto para lidiar con el desafío de las bandas, que controlan el 90 % de la capital, Puerto Príncipe, y están enraizadas en los barrios a través de líderes comunales locales.
Además, el texto reconoce la necesidad de reforzar los recursos, la logística y el equipamiento de esta nueva misión debido a la dramática expansión de las bandas (con unos 5 mil 500 pandilleros en total) y que cuentan en sus filas con hasta un 50 % de menores de edad.
Se tomarán medidas para asegurar, cuando sea apropiado y factible, que los niños detenidos en tales operaciones sean remitidos a agentes de protección infantil, se indica, con poco margen de detalle acerca de los exigidos programas de desarme y desmovilización de menores.
Prioridad para las infraestructuras críticas
Asimismo, el texto que da luz verde a la GSF incide en la importancia de proteger infraestructuras críticas y de tránsito en coordinación con la PNH, habida cuenta de que el aeropuerto de la capital y los puertos están controlados ahora por las pandillas, beneficiándose incluso de la llegada de ayuda humanitaria.
La MSS también pretendió crear hasta 12 bases operativas que ir organizando cada vez que se recuperaran puntos estratégicos pero, como prueba de su fracaso, tan solo llegó a abrir tres de ellas, con las bandas experimentando un crecimiento bajo la coalición pandillera Viv Ansanm.
En cualquier caso, esta nueva fuerza la aprobó el Consejo de Seguridad de la ONU pero sin un vínculo ni el sello propio de Naciones Unidas, y no se debe confundir con las misiones de paz que hasta 2017 hubo en Haití, con lo que así se desliga de un hipotético nuevo fracaso en la isla.
Eso sí, se pretende que la GSF se coordine con una Oficina de Apoyo de las Naciones Unidas en Haití (UNSOH), de nueva creación, y la presentación de informes trimestrales ante el Consejo de Seguridad y los donantes para evaluar sus cotas de éxito.
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