Ciudad de Guatemala, 6 jun (AGN).- La emergencia del Guillain-Barré representó un reto para el sistema sanitario del país, pero también permitió reforzar las estrategias en las que el personal de Salud no ha bajado la guardia.
A la vez, pide a la población mantenerse siempre involucrada en las normas de prevención para no pasar nuevamente por momentos difíciles de riesgo y amenaza por esta enfermedad u otras, con lo cual juntos Guatemala salga adelante.
Juan Luis Ixmatá Quiñónez, de 15 años, tuvo que enfrentar una parte complicada de su vida al luchar contra la enfermedad neurológica aguda Guillain Barré.
Él y su familia han superado desafíos desde aquel 16 de enero del año en curso, cuando sus actividades cotidianas se interrumpieron
Empezó a sentir inesperadas molestias como cansancio, algo fuera de lo normal del joven, tomando en cuenta su forma activa y dinámica.
¡No subestimes el golpe de calor!
Protégete del sol, hidrátate y busca la sombra para evitar riesgos. ☀️🕶️¡Con prevención #GuatemalaSaleAdelante! pic.twitter.com/I6DPdyEzQ5
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Ese mismo día por la tarde experimentó otro problema en su salud: hormigueo en las manos. Fue el 18 de enero un día complicado cuando no pudo mover sus extremidades y su cuerpo estaba inmóvil.
Su mamá decidió llevarlo con un médico particular y este, a su vez, solicitó trasladarlo al hospital para profundizar su condición de salud.
En Mazatenango
Para el 20 de enero, Juan Luis estaba bajo los cuidados del personal del Hospital de Mazatenango, Suchitepéquez, al quedar internado. Un día después, se comunica a la familia que su salud había empeorado por la rapidez con que avanzaba la enfermedad.
Por tal razón, en el Hospital Regional de Quetzaltenango se profundizaron los exámenes el 22 de enero. A su regreso al centro asistencial de Mazatenango se dieron los resultados: síntomas de Guillain-Barré, por lo que nuevamente se decide llevarlo de regreso al hospital quetzalteco para recibir el tratamiento idóneo.
Pasó internado en ese centro hospitalario 3 meses y 22 días. Durante ese tiempo, el personal salubrista efectuó visitas domiciliarias a los familiares para descartar cualquier crisis de la enfermedad.
El 12 de mayo se le dio de alta y fue trasladado a su natal Samayac, donde el equipo médico local lo evalúa y determina que el paciente se encuentra sin movilidad.
La inocuidad alimentaria no solo depende del aspecto y olor. Es crucial seguir buenas prácticas de higiene y manipulación de alimentos para prevenir enfermedades. #GuatemalaSaleAdelante pic.twitter.com/xCfv4Wd1af
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Para el personal de Salud este caso representaba compromiso y apoyo al joven a recuperarse. En primera instancia se gestionó una cama médica para aliviar esas noches sin poder dormir que sentía ahogarse. Se provee alimentación y medicamentos respectivos.
A esto se sumaron los esfuerzos de fisioterapia para sus ejercicios en su vivienda y en el Hospital de Mazatenango, centro asistencial coordinó el apoyo de transporte.
Se incluyó la gestión de una podóloga para el tratamiento de sus manos y pies, así como un psicólogo municipal e institucional.
Esfuerzos educativos
Debido a su condición de salud, los estudios de Juan Luis estaba en riesgo, pero gracias a los esfuerzos conjuntos se logró proveer una beca para que no se vieran afectados e interrumpidos.
Después de pasar meses internado y sin movilidad corporal, Juan Luis se ha recuperado significativamente, gracias a su valentía y deseos de salir adelante.
Dos aspectos influyeron en su recuperación, el amor de su familia como un pilar vital en este proceso, y la dedicación y profesionalismo del personal del Ministerio de Salud y otros profesionales que se han sumado al trabajo conjunto interinstitucional.
La historia de este adolescente ilustra cómo unidos familia y sistema se convierten en una fuerza poderosa para la vida.
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