Edimburgo (R.Unido), 22 ene (EFE).- Científicos escoceses han identificado en cetáceos el desarrollo natural de lesiones similares a las que provoca la enfermedad neurodegenerativa de Alzheimer, algo hasta ahora único en los seres humanos, explicó a EFE el patólogo Mark Dagleish, uno de los partícipes del hallazgo.
A partir de autopsias a delfines de edad avanzada que han aparecido varados en las costas de Escocia, los investigadores creen haber descubierto una clave para explicar su desorientación.
Además, aspiran a utilizar el hallazgo para avanzar en la comprensión de la enfermedad en humanos.
Vimos los mismos signos de la patología que encontrarías en personas con alzhéimer, explicó Dagleish, jefe en Anatomía Patológica de la Universidad de Glasgow.
El profesional es el líder de la investigación publicada en la revista European Journal of Neuroscience.
Precavido, el especialista que se encargó del análisis post mortem de los cetáceos detalla que todavía no se puede afirmar que los animales padecieran la enfermedad.
Esto se debería a que, además de las pruebas físicas, es necesario demostrar deficiencias cognitivas, algo que solo se puede estudiar en vida.
La mejor oportunidad para ello, argumenta, es el estudio cognitivo de aquellos que están en cautividad o en un zoológico, porque sus cuidadores saben cuándo los animales tienen algún cambio en su comportamiento, hábitos o respuestas.
Similitudes con los humanos
La investigadora Tara Spires-Jones asumió la labor de buscar similitudes entre las lesiones en los cerebros de cetáceos y los humanos.
Se trata de la responsable del área de neurodegeneración en la Universidad de Edimburgo; ella hizo los hallazgos en tres especies diferentes de delfines, en las que detectó la coexistencia de placas amiloides.
Este es un fenómenos que ocurre en personas saludables al envejecer, describió a EFE, junto con ovillos neurofibrilares, el otro ingrediente necesario para desarrollar demencia.
Las placas son consecuencia de la imposibilidad del cerebro de limpiar la secreción de las neuronas de la proteína amiloide. Los ovillos, entretanto, se deben a la acumulación patológica de la proteína tau. El acopio de ambas es clave en la neurodegeneración.
Los síntomas detectados en los cetáceos, afirma la investigadora, se parecen a las primeras fases del alzhéimer humano, no a su etapa tardía completa.
El equipo que prosigue con la investigación, formado por expertos de las universidades de Edimburgo, St. Andrews y Glasgow, se centra ahora en conseguir más financiación para poder ampliar sus exámenes. Hasta ahora se han hecho en 22 especímenes.
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