Ciudad de Guatemala, 23 ago (AGN).– La crianza de corderos en Totonicapán ha cobrado relevancia en los últimos años, no solo como parte de la tradición local, sino también como una actividad económica que fortalece a las familias rurales. A diferencia de otras prácticas pecuarias, la producción ovina en esta región no se centra exclusivamente en el consumo de carne, sino en la obtención de lana, un recurso con gran demanda en la elaboración de artesanías y textiles que reflejan la cultura de los pueblos originarios.
El proceso de crianza requiere paciencia y disciplina, ya que los animales necesitan cuidados específicos en su alimentación y en la higiene de los apriscos para evitar enfermedades. Con una adecuada atención, los productores logran mantener rebaños saludables y con lana de calidad, lo que les permite obtener ingresos sostenibles a lo largo del año.
Festival del Cordero y Agricultura Familiar
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) celebró en Totonicapán la segunda edición del Festival del Cordero y Agricultura Familiar. La actividad tuvo como objetivo principal fortalecer la producción ovina y dar un impulso a la economía agropecuaria del occidente del país.
El evento incluyó una amplia agenda de actividades para toda la familia. Desde la venta de carne de cordero a precios asequibles, hasta un mercadito con productos agrícolas, artesanías, paseos a caballo, un restaurante internacional, toro mecánico y presentaciones musicales en vivo, el festival se convirtió en un espacio de intercambio cultural y comercial.
🩹🐄 Si sus animales tienen heridas, es importante que las cure para evitar que el #GusanoBarrenador prolifere en ellas. #ElPuebloDignoEsPrimero pic.twitter.com/89749zPJ3q
— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) August 18, 2025
Espacios para productores y emprendedores
Los agricultores que forman parte de los centros de Aprendizaje para el Desarrollo Rural, apoyados por la Agencia Municipal de Extensión Rural, aprovecharon la oportunidad para mostrar sus cosechas de zanahoria, coliflor, brócoli y güisquil. Estas ventas representaron ingresos inmediatos y nuevos contactos con potenciales compradores.
Además, el festival abrió sus puertas a emprendedoras que ofrecieron productos innovadores como conservas de frutas, textiles elaborados con lana local y artesanías que combinan técnicas tradicionales con diseños modernos. La participación femenina se destacó en esta edición, ampliando la diversidad de la oferta y fomentando la inclusión económica.
El MAGA no solo promueve este tipo de actividades comerciales, sino que también acompaña a los productores mediante capacitaciones técnicas. Estas formaciones abarcan desde el cuidado sanitario de los corrales hasta la adecuada alimentación de los ovinos, con el propósito de garantizar una producción sostenible y de calidad.
La ovinocultura se posiciona así como una alternativa de desarrollo económico para Totonicapán, al tiempo que refuerza el valor cultural de la lana en la identidad de la región.
Un festival con visión de crecimiento
El éxito de la primera edición motivó a que este año se incrementaran los espacios comerciales y recreativos, consolidando al Festival del Cordero como un punto de encuentro entre productores, consumidores y emprendedores. Con cada edición, se abre la posibilidad de que más familias rurales encuentren en la crianza de ovinos y en la agricultura familiar un camino hacia mejores oportunidades económicas.
Lea también:
Ejército erradica 56 mil arbustos de coca en Petén durante operación Huracán de Fuego
lr/dc/dm