Quito, 31 jul (EFE).- Unas 10 mil ballenas jorobadas se instalaron en las cálidas aguas ecuatoriales, desde el norte del Perú hasta Costa Rica y más allá, en un viaje que cada año realizan para conocer el amor y tener a sus crías.
En un viaje que dura todo el ciclo invernal del hemisferio sur, de julio a octubre, estos cetáceos prefieren las aguas ecuatoriales para sus faenas amatorias y para parir, actividades a las que llegan tras un mes de nado permanente.
Los machos saludables son los afortunados entre las hembras, que tras quedar embarazadas volverán a la Antártida para regresar el próximo año a las aguas calientes y dar a luz, según comentó a Efe Mar Palanca, una bióloga española que estudia el comportamiento y distribución de los cetáceos en su travesía.
Los machos forman grupos de cortejo a lo largo de la costa del Pacífico de Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica, aunque hay individuos que llegan incluso a California. Cantan con el objetivo de atraer a las hembras.
Y aunque las aguas ecuatoriales son perfectas para reproducirse y parir, no lo son tanto para alimentarse. Es por ello que las hembras ayunan de alguna forma en las aguas cálidas y consumen las suficientes reservas de grasa acumulada por el abundante krill que comen en las heladas aguas antárticas.
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— Ministerio de Turismo del Ecuador 🇪🇨 (@TurismoEc) July 30, 2022
Ciclo natural
Mar Palanca está maravillada con el comportamiento de los cetáceos que viajan unos 8 mil kilómetros con dos objetivos claros: aparearse y parir, en un ciclo virtuoso de la naturaleza.
Las hembras quedan embarazadas y para septiembre y octubre inician su retorno a la Antártida. Ahí gozan de abundante alimento que les permite optimizar el periodo de gestación de entre 11 y 12 meses, contó la bióloga hispana.
Las ballenas jorobadas tienen una cría al año y no más, porque un segundo ballenato supondría un gran esfuerzo para la madre, agregó Palanca. Su estudio también busca determinar la distribución y el patrón que siguen las hembras cuando llegan a las aguas ecuatoriales.
Sin embargo, dijo estar consciente que los estudios sobre los cetáceos son muy costosos. Agregó que América del Sur está atrasada en la aplicación de etiquetas de identificación de las ballenas.
La investigación incluye registros fotográficos y grabaciones de los enigmáticos sonidos que emiten estos animales. Se trata de unas canciones que podrían tener una mayor importancia dependiendo de las zonas que frecuentan. Lo importante para Mar Palanca es estar en el mar y estudiar a estas gigantes del océano.
¡ACOMPAÑA Y PROTEGE A LAS BALLENAS JOROBADAS EN SU VIAJE A ECUADOR! Cada año, las costas ecuatorianas son el epicentro del amor, pues entre julio y octubre, las ballenas jorobadas escogen al País de los Cuatro Mundos para concebir y dar a vida a sus crías https://t.co/NcSV6dhP6G
— Consulado del Ecuador en Hamburgo (@Cecu_Hamburgo) July 7, 2022
Contribuyen al turismo
Para Maira Mojarrando, gerente de la empresa de turismo Seathe Sua, las jorobadas representan también una oportunidad para la economía de la región, pues las ballenas son un potente imán para los visitantes. Ella ofrece recorridos en barco desde el balneario de Sua, muy cerca del enclave turístico de Atacames, la playa del eterno verano.
Y es que a apenas cuatro millas del perfil costero ya se pueden avistar a estos cetáceos, que a momentos realizan espectaculares saltos acrobáticos para pescar o llamar la atención de sus parejas.
Mojarrando calcula que en la temporada de avistamiento de ballenas llegan a las playas de Atacames entre 3 mil y 4 mil turistas. Debido a esto, la navegación de las embarcaciones certificadas es constante en horarios específicos.
Unas 10.000 ballenas jorobadas se instalaron en las cálidas aguas ecuatoriales, desde el norte del Perú hasta Costa Rica y más allá, en un viaje que cada año realizan para conocer el amor y tener a sus crías.https://t.co/Vgmc783pbv pic.twitter.com/dHHRyNCxYJ
— EFE Noticias (@EFEnoticias) July 31, 2022
Aunque se debe tener suerte de ver los acrobáticos saltos de las gigantes. Cuando el sol calienta las aguas tropicales del oeste de Ecuador muchas jorobadas suelen permanecer bajo la superficie.
Apenas algunas aletas y unos dorsos que aparecen sobre las olas, dan cuenta de la grandeza de estos cetáceos que inspiran entre los humanos sentimientos de humildad.
Pero Atacames, según Maira, no son solo las ballenas, sino también la gastronomía, la diversión playera y la cultura. Estos incentivos turísticos saltan hacia los sentidos de los visitantes.
Esmeraldas, también conocida como la provincia verde, es un sugestivo destino para nacionales y extranjeros, muchos de ellos colombianos.
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kg/ir