Zaragoza (España), 13 jun (EFE).- Un equipo integrado por investigadores de varias universidades de España y Portugal descubrió cómo construían los nidos los grandes dinosaurios carnívoros del Jurásico y cómo las catástrofes naturales los destruían, a partir del estudio del nido de Paimogo.
El estudio, que publica la revista Geoscience Frontiers, fue realizado por un equipo multidisciplinar de la Universidad Nova de Lisboa. Este lo lideró Lope Ezquerro (UCM) y dirigido por Miguel Moreno Azanza (UZ), investigadores del grupo Aragosaurus-IUCA, en colaboración con las universidades de Aveiro y Zaragoza.
El nido de Paimogo es una acumulación de casi un centenar de huevos de dinosaurios terópodos allosauroideos, probablemente pertenecientes a la especie Lourinhanosaurus, algunos de los cuales contienen algunos de los embriones de dinosaurio terópodo más antiguos del mundo, informó la Universidad española de Zaragoza en una nota de prensa.
Esta nueva investigación pretende responder a la pregunta de si una sola hembra podría haber dado lugar a una acumulación de casi un centenar de huevos.
Dadas las características del ejemplar, formado por una acumulación desordenada y sin estructuras de nidificación aparentes, el equipo de trabajo abordó su estudio desde un enfoque multidisciplinar.
Esto, con estudios sedimentológicos, paleontológicos, geoquímicos y de paleomagnetismo para profundizar en los procesos que llevaron a la formación de este fósil singular.
La evidencia paleontológica y geoquímica sugiere que la acumulación incluye huevos de, al menos, dos hembras diferentes, aunque fue imposible determinar si los huevos fueron puestos al mismo tiempo o en temporadas de anidación sucesivas.
— Enséñame de Ciencia (@EnsedeCiencia) June 13, 2024
Fósiles de embriones únicos en el mundo
Los estudios sedimentológicos y paleomagnéticos permitieron concluir que los huevos fueron arrastrados y se acumularon por una inundación causada por el desbordamiento de un río cercano, que destruyó varias puestas de diferentes orígenes y las transportó, acumulándolas en un área cercana donde los huevos quedaron atrapados entre la vegetación. Este proceso acarreó la muerte de varias de las crías no natas, que dieron lugar a los fósiles de embriones únicos en el mundo.
El trabajo tiene implicaciones sobre las estrategias de nidificación de este grupo de dinosaurios carnívoros, entre los que se encuentra el famoso Allosaurus.
La reconstrucción de esta acumulación sugiere que los allosauroideos anidaban en montículos de tierra o plantas sobre el suelo, como hacen algunas aves y otros terópodos más modernos, y no en agujeros excavados como otros dinosaurios.
Es la primera vez que paleontólogos, sedimentólogos, geoquímicos y geofísicos trabajan en conjunto para entender mejor una posible estructura de nidificación y abre la puerta a reinterpretar acumulaciones de huevos de dinosaurio de todo el mundo.
La investigación se desarrolló durante cuatro años, financiada por la Fundação para a Ciencia e a Tecnologia de Portugal, a través de los proyectos XTalEggs y GeoBIoSauria (PTDC/CTA-PAL/31656/2017 y PTDC/CTA-PAL/2217/2021) y la unidad de I+D Geobiotec.
El “nido de Paimogo”, analizado en este estudio, fue descubierto y descrito en los años 90 por la pareja de paleontólogos aficionados Isabel y Horacio Mateus.
Es uno de los yacimientos fósiles más emblemáticos de Portugal, hasta el punto de que recientemente se acuñó una moneda conmemorativa de 5 euros dedicada a este ejemplar.
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Fauna extinta
Estos huevos pueden ser visitados en la exposición que tiene el Museo de Lourinhã dentro del Parque de los Dinosaurios de Lourinhã, el mayor parque de atracciones sobre fauna extinta de la península.
Además, en la sede del nuevo Geoparque Oeste, en el municipio portugués de Bombarral, puede visitarse también una pequeña exposición dedicada a los resultados de esta investigación.
Este nuevo estudio confirma que la península ibérica es uno de los lugares más ricos en huevos de dinosaurio del mundo, con yacimientos únicos como los del Jurásico portugués, que se unen a mega yacimientos de huevos de dinosaurio del final del Cretácico recuperados en las regiones españolas de Cataluña, Castilla-La Mancha y Aragón.
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