Ciudad de Guatemala, 11 abr. (AGN).- En el volcán Las Víboras, ubicado en el municipio de Atescatempa, Jutiapa, el patrimonio agrícola se convierte en el epicentro de una batalla contra un enemigo diminuto, pero insaciable: la langosta voladora. El ciclo de producción y subsistencia de los pequeños productores se ve amenazado por la voracidad de este insecto, y las autoridades han respondido para frenar su avance.
La lucha contra la langosta voladora es un esfuerzo conjunto entre los agricultores locales y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA). Durante 7 días consecutivos, una brigada de 15 personas ha trabajado incansablemente para fumigar un área crítica de 45.05 hectáreas, protegiendo así los cultivos de la economía local.
Estrategia efectiva
Las acciones no se limitan a la erradicación, sino también a la estrategia. Con un conocimiento profundo del ciclo de vida de la langosta, las fumigaciones se ejecutan estratégicamente a partir de las 6 de la mañana, cuando la movilidad de estos insectos es más reducida, maximizando así la efectividad del tratamiento. Para esta operación de aspersión se utilizó cipermetrina 25 % EC en puntos específicos para garantizar el éxito.
La operatividad no termina con la fumigación. Los monitoreos mensuales de las poblaciones de langosta son vitales. Esta estrategia preventiva permitirá identificar y abordar cualquier resurgimiento de la población del insecto, especialmente antes y durante la temporada de lluvias, cuando las condiciones son más propicias para su proliferación.
Ciclo de vida de la langosta voladora
Comprender al enemigo es esencial en esta batalla. La langosta voladora, en sus múltiples etapas de desarrollo, representa un desafío para los agricultores. Desde la puesta de huevos hasta la formación de bandadas migratorias, cada fase requiere una estrategia única para su control.
El Viceministerio de Sanidad Agropecuaria y Regulaciones está a cargo de preservar la salud de los cultivos, así como del estado sanitario nacional en su conjunto. La vigilancia epidemiológica es una herramienta crucial en la detección temprana de posibles amenazas para la seguridad alimentaria.
Gracias al trabajo conjunto de autoridades y productores, el brote de langosta voladora en el volcán Las Víboras ha sido contenido. Sin embargo, la vigilancia permanente sigue siendo esencial para proteger el futuro de la agricultura en la región.
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