Ciudad de Guatemala, 24 dic (AGN).- La riqueza de la Navidad Guatemalteca radica en la gran variedad de sabores de su gastronomía, la diversidad de aromas, sonidos y maravillosos colores.
No cabe duda de que Miguel Ángel Asturias no se equivocó al llamar a Guatemala Flor de pascua en la cintura de América. Y ese distintivo es más evidente en las grandes celebraciones tradicionales y religiosas del país.
Las tradiciones heredadas de la Colonia se funden con elementos naturales prehispánicos. Estos se manifiestan tanto en la flora como en el arte guatemalteco.
Al respecto, uno de los elementos particulares es la flor de pascua o también llamada Nochebuena. Originalmente de color rojo, también se le puede hallar en mezclas de colores, que van desde el blanco hasta el naranja brillante.
Nativa de América, se cultiva a nivel industrial y distribuye desde noviembre para adornar residencias y oficinas, aunque también se le puede encontrar en forma silvestre.
Sonidos de antaño
Las posadas, una especie de desfile de peregrinos, fueron impulsadas por el Santo Hermano Pedro en la víspera de la Nochebuena. Dicho personaje congregaba a gran cantidad de personas alrededor de las figuras de José y María.
En tal sentido, fuentes históricas detallan que dicha tradición tiene mayor antigüedad en Guatemala, de donde pasó a México.
Parte del acompañamiento de las posadas incluía música, tortugas y chinchines. Según datos del historiador Haroldo Rodas, las tortugas, chinchines y pitos de barro tienen su origen en la época prehispánica. Las introdujo en las posadas el Hermano Pedro. Es decir, es uno de los elementos sincréticos o incorporados a la Navidad en Guatemala.
Aromas incomparables
Aroma, manzanilla, pino y musgo también forman parte de esos elementos que estimulan el olfato.
El nacimiento es tan visual como olfativo. Plantas, frutas y hasta follajes se utilizan para decorarlo. Entre estos destacan hojas de pacaya, cordones de manzanilla, musgo, gusano de pino, pascuas y pie de gallo, según detallan folcloristas e historiadores.
Gastronomía única
La gastronomía navideña cuenta con una gran variedad de sabores y aromas de acuerdo con los alimentos y bebidas que se preparen.
¿Y cómo olvidar el ponche y las frutas secas y frescas? La elaboración del ponche data de la Colonia y se han encontrado al respecto recetarios del siglo XVII.
Esta bebida caliente también es una mezcla de culturas, porque utiliza frutas frescas de temporada y frutas secas. De hecho, los frutos secos son herencia de la tradición árabe que introdujeron los españoles.
La gastronomía de la temporada no puede dejar de lado los tamales, el pan y el chocolate. Y es que la tradicional cena guatemalteca son los tamales negros o colorados, y en el último siglo se introdujo el pavo.
Así, la Nochebuena y la Navidad de Guatemala es una mezcla de aromas, colores y sabores. Aunque algunos elementos son foráneos, la naturaleza de esta tierra provee ese toque único y distintivo a nivel mundial.
Esta es la Navidad que se disfruta con los cinco sentidos.
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