Ginebra, 7 sep (EFE).- Los eventos de calor extremo, agravados por incendios forestales y la diseminación de polvo del desierto, están deteriorando fuertemente la calidad del aire en todo el mundo, con el consiguiente impacto negativo en la salud humana y la agricultura, según datos presentados hoy por expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En el boletín anual de la OMM, que analiza la evolución de la calidad del aire y sus consecuencias, se señala:
El riesgo (para la salud) no solo proviene de las altas temperaturas, sino también de la contaminación que generalmente se subestima a pesar de sus efectos perniciosos.
Aunque los datos examinan sobre todo lo ocurrido en 2022, los expertos no han dudado en señalar que durante este verano en el hemisferio norte (que concluirá en breve) la situación ha sido más extrema que en el pasado por las altas temperaturas.
La OMM confirmó hoy que el planeta experimentó (entre los pasados junio y agosto) los tres meses consecutivos más calientes desde que existen registros.
¡La Semana del Clima de #África está por empezar!
Marca la fecha: 🇰🇪 Nairobi, 4-8 Sept 2023
La Semana del Clima es una plataforma para diferentes actores de la región para compartir innovaciones, buenas prácticas y desafíos para enfrentar la #crisisclimática.
#ACW23 pic.twitter.com/6RVGu5g9cy
— ONU Cambio Climático (@CMNUCC) September 1, 2023
Desnivel de ozono
En 2022, cientos de puntos en los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) monitorea la calidad del aire midieron niveles de exposición al ozono (un gas que cerca de la superficie terrestre tiene un impacto nocivo para la salud humana) que excedían el nivel máximo admitido.
El primer lugar donde esto ocurrió fue el suroeste de Europa. Sin embargo, luego mediciones similares se hicieron en Europa central y posteriormente en el noroeste europeo, conforme la ola de calor se expandía y el polvo del desierto (en este caso del Sahara) llegaba al continente.
El científico de la OMM, Lorenzo Labrador, dijo en una conferencia de prensa que es demasiado pronto para predecir si la situación será todavía peor el próximo año.
En cuanto a los porqués de esto, indicó:
Porque la interrelación y los procesos químicos que vinculan el cambio climático y la contaminación atmosférica no son lineales.
Sería impropio decir que porque lo que hemos visto hasta ahora es tan grave es posible anticipar episodios peores de contaminación del aire, hay una probabilidad, pero no podemos asegurar que será así.
Pese a no tener ninguna responsabilidad sobre la #crisisclimática, las niñas y los niños sufren sus consecuencias.
El Comité de los Derechos del Niño de la ONU ha adoptado una guía sobre derechos del niño/a y el medioambiente, con especial atención al cambio climático. https://t.co/3A5077ToHZ
— ONU Cambio Climático (@CMNUCC) August 30, 2023
Ventaja para Latinoamérica
En un análisis sobre lo que todo esto significa para América Latina, Labrador comentó a EFE:
Esta región tiene la ventaja de ser muy grande, muy verde y de una densidad de población relativamente baja, con centros urbanos que (en la mayoría de casos) no son megaciudades.
Por lo tanto, instituir medidas de control de la calidad del aire, concretamente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no debería ser tan difícil. Sin duda, los controles de emisiones tendrían impactos positivos de forma casi inmediata.
Como en un círculo vicioso, la mala calidad del aire también tiene un efecto negativo en el ecosistema, ya que el nitrógeno, el sulfuro o el ozono dañan el medio ambiente y reducen el rendimiento de los cultivos.
La OMM señaló que la pérdida de cultivos a causa del ozono representa entre -4.4 % y -12.4 % para cultivos básicos. Además, en el caso de la soja y el trigo las pérdidas pueden llegar al 30 % en áreas claves como India y China.
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