Madrid, España, 2 mar (EFE).- El impacto de la sonda DART contra el asteroide Dimorphos produjo la expulsión de más de 5 millones de kilogramos de material y demostró que la tecnología del impactador cinético es una técnica viable para potencialmente defender la Tierra de la amenaza de un objeto procedente del espacio.
La misión estadounidense DART, el primer intento para aprender a desviar un asteroide, logró en septiembre su objetivo al modificar la órbita del asteroide Dimorphos.
Por ello, se publicaron los primeros análisis en cinco estudios internacionales.
En qué consistió
DART era un impactador cinético sin carga explosiva. Es decir, una sonda que se lanzó a unos 6 kilómetros por segundo contra Dimorphos, un asteroide que orbita a otro, Didymos.
A causa del impacto, el período orbital de Dimorphos alrededor de Didymos, que era de 11 horas y 55 minutos, se redujo en 33 minutos. Los expertos habían previsto que fueran unos 7 minutos si el impulso de la nave se transfiriera directamente al asteroide en una colisión perfectamente inelástica.
Conclusiones del proyecto
El gran cambio final en el período orbital sugiere que el material eyectado aportó una cantidad significativa de impulso al asteroide más allá del que llevaba la nave espacial.
El impacto exitoso y el cambio resultante en la órbita del asteroide demuestra que la tecnología de impactores cinéticos es una técnica viable para defender potencialmente la Tierra si fuera necesario. Esto lo indicaron los autores de otra de las investigaciones coordinada por la Universidad Johns Hopkins.
Entender cómo el impacto de la nave espacial modificó la órbita del pequeño asteroide arroja luz sobre cómo este enfoque podría ser capaz de proporcionar un sistema de defensa contra posibles colisiones de objetos astronómicos con la Tierra.
Otra de las investigaciones reconstruye el impacto, lo que puede ayudar a planificar futuras misiones y a predecir los resultados con mayor certeza, La última describe la ubicación y naturaleza del lugar del choque, entre dos rocas, una de las cuales fue rozada por la sonda del tamaño de un frigorífico.
Seguimiento del evento
La misión fue seguida desde la Tierra por numerosos telescopios, incluida una red de ciencia ciudadana, además de los ubicados en el espacio como el Hubble.
El Hubble tomó imágenes desde el mismo momento del impacto y hasta varios meses después de ese material para caracterizar su evolución.
Hasta la llegada de DART al sistema binario de asteroides, situado a 11 millones de kilómetros de la Tierra, poco se sabía de ambos, pero la cámara Draco a bordo de la sonda pudo obtener imágenes de alta resolución.
Gracias a ellas se pudo ver que la superficie de Dimorphos está sembrada de rocas como en los asteroides carbonáceos Bennu y Ryugu. Además, no se observa cráteres de impacto, lo que indica una superficie joven, aunque podrían ser difíciles de identificar en terrenos cubiertos de cantos rodados.
DART tuvo que detectar su objetivo de forma autónoma y con un conocimiento previo limitado del mismo. Por ello, su éxito es un primer logro clave en el camino hacia el avance de la tecnología de impactadores cinéticos hacia una capacidad operativa.
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