Ciudad de Guatemala, 23 oct. (AGN).- En una muestra del verdadero en la salud y la enfermedad, en un rincón del Hospital Regional de Occidente (HRO), donde la lucha por la salud se entrelaza con la esperanza, se vivió un momento inolvidable: la boda de Pablo y Regina. Este evento es un testimonio del poder del amor en tiempos difíciles, pero también del apoyo emocional que el personal médico y de enfermería brinda a los pacientes.
Pablo, originario de Quiché y residente de Sololá, llegó al HRO, en la zona 3 de Quetzaltenango, con serios problemas en uno de sus pulmones. Mientras permanecía en encamamiento decidió que quería casarse. Les comenté a las enfermeras que quería casarme y les doy las gracias porque hicieron posible este momento, dijo don Pablo con una sonrisa que iluminaba su rostro.
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la capilla del hospital, con una atmósfera impregnada de emoción y amor. Regina se veía deslumbrante en su indumentaria maya, con un velo blanco que caía delicadamente sobre su cabello y un hermoso buqué en las manos, caminó hacia el altar, mientras los rostros de los asistentes brillaban con felicidad.
💍 En el Hospital Regional de Occidente, Pablo y Regina hicieron realidad su sueño de casarse. A pesar de las dificultades, su amor y valentía brillaron más que nunca.
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— Ministerio de Salud Pública (@MinSaludGuate) October 22, 2024
Una boda esperanzadora en el hospital
En 28 años que llevo trabajando aquí, nunca se había dado un evento de esta categoría. El paciente tomó la decisión de casarse y todo el personal colaboró para hacerle su fiestecita. Estamos emocionados, fue algo muy bonito e histórico en el hospital, dijo Mayela Barrios, jefe del servicio de aislamiento.
La recepción se llevó a cabo en el área de aislamiento de medicina de hombres, donde la música llenaba el lugar y los recién casados fueron recibidos con regalos y muchas felicitaciones. La alegría en sus corazones nos recordó que el amor tiene la capacidad de florecer incluso en los momentos más desafiantes.
Estos momentos no solo son una celebración del amor, sino que también contribuyen a la salud emocional de los pacientes. En el HRO, no solo se cura el cuerpo, sino que también se nutre el alma, y la boda de Pablo y Regina es un bello recordatorio de que los sueños, por más improbables que parezcan, pueden hacerse realidad. Gracias a un equipo multidisciplinario, don Pablo logró recuperar su salud y fue dado de alta recientemente.
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dc/dm