Ciudad de Guatemala, 4 feb (AGN).- En el marco del 49 aniversario del terremoto que sacudió Guatemala en 1976, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), a través de la Dirección de Información Geográfica, Estratégica y Gestión de Riesgos (DIGEGR), compartió una serie de recomendaciones dirigidas a los sectores agrícola y pecuario del país para mitigar los efectos de los sismos.
Estas medidas buscan fortalecer la prevención y reducir el impacto de posibles desastres naturales en estas áreas productivas.
Para fortalecer los protocolos de respuesta ante emergencias y reforzar la cultura de prevención, participamos en el #Macrosimulacro 2025, organizado por @AVEMuniGuate, en conmemoración del 49 aniversario del terremoto de 1976. pic.twitter.com/AEo8Idy7Xb
— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) February 4, 2025
Recomendaciones
La DIGEGR destacó la importancia de evitar la construcción de instalaciones pecuarias en zonas de alto riesgo, como terrenos inestables, laderas pronunciadas o áreas susceptibles a deslizamientos.
Estas ubicaciones pueden agravar los daños durante un movimiento telúrico, poniendo en peligro tanto a los animales como al personal que labora en estos espacios.
Además, se enfatizó la necesidad de contar con planes de evacuación claros y zonas seguras previamente identificadas para resguardar la integridad de los trabajadores.
En el caso de las actividades agrícolas, se recomendó evitar permanecer cerca de árboles de gran tamaño, invernaderos o estructuras frágiles durante un sismo, ya que estos podrían colapsar o desprenderse, representando un riesgo para las personas.
Asimismo, se instó a los agricultores a mantener una revisión constante de las condiciones de las infraestructuras, como almacenes y sistemas de riego, para asegurar su resistencia ante sismos.
El terremoto de 1976
El terremoto del 4 de febrero de 1976, ocurrido a las 3:03 de la madrugada, es recordado como uno de los desastres naturales más devastadores en la historia de Guatemala.
Con una magnitud de 7.5 grados en la escala de Richter y una duración de 49 segundos, el sismo tuvo su epicentro en el departamento de Izabal, cerca del municipio de Los Amates.
El impacto del movimiento telúrico fue catastrófico: más de 23 mil personas perdieron la vida y más de un millón resultaron damnificadas. El departamento de Chimaltenango fue el más afectado, con numerosas comunidades destruidas y miles de familias desplazadas.
Este evento no solo dejó una profunda huella en la memoria colectiva, sino que también evidenció la necesidad de fortalecer las políticas de gestión de riesgos en el país.
Las recomendaciones emitidas por el MAGA y la DIGEGR buscan concientizar a los productores agropecuarios sobre la importancia de la prevención y la planificación ante desastres naturales.
En un país donde los sismos son frecuentes como Guatemala, estas medidas son fundamentales para proteger vidas, infraestructuras y medios de subsistencia.
A casi cinco décadas del terremoto de 1976, las lecciones aprendidas siguen vigentes, recordando que la preparación y la educación son herramientas clave para enfrentar los desafíos que imponen los fenómenos naturales.
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