Roma (Italia), 15 abr (EFE).- Un equipo médico italiano efectuó el primer trasplante de tráquea del mundo en un paciente que había sufrido COVID-19.
Se aplicaron técnicas de ventilación invasiva necesarias para superar la enfermedad, las cuales le causaron graves lesiones.
Esto le impedía casi totalmente la respiración, informó la Universidad de La Sapienza, de Roma.
Ante ello, el trasplante fue hecho el pasado 2 de marzo en el Hospital Universitario Sant’Andrea, policlínico universitario de la red Sapienza, a un hombre de 50 años originario de Sicilia.
Labor médica
La intervención quirúrgica, que involucró a cinco médicos y duró aproximadamente 4 horas y media, se realizó con sofisticadas técnicas de anestesia.
La tráquea dañada fue retirada y sustituida por un segmento de aorta torácica criopreservada y perfectamente adaptable a las dimensiones del paciente, se explica en un comunicado.
“La patología traqueal era extensa y severa y no podía ser tratada con técnicas de reconstrucción (…) y la única opción plausible era la sustitución de toda la tráquea con biomateriales”, dijo Erino Rendina, director de la Unidad de Cirugía Torácica del hospital.
La doctora Cecilia Menna, responsable del programa Tracheal Replacement, del Hospital Sant’Andrea, estuvo a cargo de la operación.
Detalló que uno de los mayores problemas en la sustitución de la tráquea, tubo rígido y perviado, era la restauración de su rigidez.
“Por eso introducimos en la aorta implantada un cilindro de silicona, la llamada prótesis de Dumon, de 10 centímetros de longitud, y restauramos completamente la permeabilidad aérea, la respiración, la fonación y la deglución”, explicó.
Recuperación
El paciente, capaz de respirar y hablar por sí mismo inmediatamente después de despertarse, no necesitó hospitalización en cuidados intensivos ni traqueotomía.
Asimismo, fue trasladado directamente al departamento de cirugía torácica. Después de un ciclo posoperatorio de tres semanas, regresó a su trabajo y su ciudad, donde lleva una vida normal.
Además, no hubo necesidad de tratamiento inmunosupresor, como ocurre con otros trasplantes de órganos, debido a la muy baja inmunogenicidad del injerto aórtico, detalló el equipo médico.
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