Ciudad de Guatemala, 16 may (AGN).- El presidente Bernardo Arévalo visitó la casa comunal de alguaciles de los 48 cantones de Totonicapán, lugar que resguarda la silla del prócer Atanasio Tzul.
Luego de visitar la casa, el mandatario se acercó a la vitrina que tiene en su interior este objeto que fue utilizado como trono por el líder guatemalteco y que ahora es una pieza que representa la resistencia y el levantamiento del pueblo indígena de Totonicapán en 1820.
Para los 48 Cantones, este objeto representa el lugar que ocupó el líder para pensar y reflexionar sobre la historia de su pueblo y las decisiones que debía tomar para mejorar su condición de vida. Por lo tanto, luego de la petición de la comunidad, la silla fue devuelta a Totonicapán y ahora se resguarda en el centro de reuniones de los 48 Cantones, a la par de la imagen de San Miguel Arcángel, santo que se celebra cada 8 de mayo debido a su aparición en ese departamento.
Pieza histórica
De acuerdo con el Ministerio de Cultura y Deportes, la silla de Atanasio Tzul es una pieza que forma parte del patrimonio histórico del país.
La silla está hecha de madera y rematada en el respaldo por un león coronado y su melena cae tallada.
Cuenta con dos apoyabrazos cortos que simulan las patas delanteras del león, aunque se perdieron los extremos. En el sentadero tiene un faldón angosto que se une con las patas delanteras, las cuales son la reproducción de las patas traseras del león y otras dos sin decoración con tres soportes para dar fuerza a la silla.
Se cree que Atanasio Tzul fue el último de los gobernantes en ocupar una silla que servía como trono.
Líder quiché
Atanasio Tzul nació en el cantón Paquí, en Totonicapán, y se cree que provenía de una familia de jaboneros que habitaban el barrio Linkah.
Fue en 1820 que el líder jugó un papel importante para su pueblo, pues durante la Época Colonial, en 1816, el régimen español quiso reimponer el pago de un tributo a comunidades indígenas, pero cuando se intentó recaudar la población se negó.
Ante la negativa, durante cuatro años las autoridades españolas procuraron convencer a las comunidades indígenas de pagar el tributo. Esto dio paso a que el desacuerdo alcanzara su nivel más alto en 1820 y se convocó a una manifestación en la plaza San Miguel. El movimiento tenía a la cabeza a Atanasio Tzul, quien se había hecho popular y ganado simpatía ante su comunidad.
Luego de la manifestación, se nombró rey a Atanasio Tzul. Durante 29 días, el líder quiché ejerció su poder en Totonicapán. Derivado de su llegada al poder, las autoridades españolas trataron de persuadir a los simpatizantes de Tzul de desistir. Por ello, los militares de Quetzaltenango, Salcajá y San Carlos Sija se movilizaron a Totonicapán para suprimir el levantamiento.
De acuerdo con los historiadores, los militares ocuparon el lugar de forma pacífica y pusieron fin al gobierno quiché.
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