El Progreso, 29 sep (AGN).- Un total de 500 familias residentes en diferentes puntos de El Progreso, incluidas en el programa de transferencias monetarias no condicionadas del Programa Mundial de Alimentos (PMA), recibieron el segundo aporte. Cada uno fue de mil 80 quetzales, por lo que han percibido hasta ahora 2 mil 160 quetzales.
Los núcleos fueron seleccionados a través de las comisiones municipales de seguridad alimentaria y nutricional (Comusan) de los 8 municipios. Según las autoridades y el ente cooperante, con se busca mejorar las condiciones de familias vulnerables ante la desnutrición.
Durante esta nueva fase, los beneficiarios contaron con el acompañamiento de personal de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) para que pudieran cobrar el dinero. Asimismo, se les asesoró e instó a que lo usen en la compra de alimentos, principalmente.
Población favorecida
Para la ejecución de este proyecto se establecieron diversos criterios para seleccionar a los beneficiarios, pues se busca que la ayuda llegue a quienes más la necesitan.
De esta cuenta, las Comusan se enfocaron en hogares que no cuentan con reservas de alimentos más allá de un mes; también se tomó en cuenta a familias que tuvieron pérdidas mayores al 50 % en sus cultivos de granos básicos. Otros beneficiarios pertenecen a núcleos sin acceso a terrenos o propiedades para la siembra.
Además, se priorizó a hogares integrados por mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas con discapacidad, de la tercera edad o con enfermedades crónicas que les impidan trabajar. Asimismo, a aquellos que cuentan con niños afectados por la desnutrición.
Al pertenecer El Progreso al denominado Corredor Seco, este programa significa una gran ayuda para las familias que viven en inseguridad alimentaria, dijeron las autoridades.
Sobre el cooperante
El PMA entrega cada año millones de toneladas de alimentos y recurre cada vez más a las transferencias monetarias no condicionadas para que las personas que sufren hambre sean quienes compren sus alimentos y se hagan cargo de las decisiones principales que afectan su vida.
Para la entidad, estos aportes son una forma eficaz de alcanzar el objetivo de Hambre Cero de aquí a 2030, ya que permiten reducir los costos de la asistencia alimentaria y aumentar el número de beneficiarios.
Por Yeyson Alvizures
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