Nueva York, 22 nov (EFE).- La periodista guatemalteca Quimy de León, junto a otras tres periodistas de diferentes países recibieron la noche del jueves los premios a la libertad de prensa que entrega el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, siglas en inglés) a los profesionales que se han destacado por ejercer su labor en condiciones difíciles.
Las otras tres galardonadas son de Níger, Rusia y Palestina quienes se destacaron en su labor periodística en sus respectivos países.
La gala fue una reivindicación de la labor de la prensa como contrapoder en todo el mundo y pilar de los sistemas democráticos, y no faltaron abundantes alusiones a los peligros que se ciernen sobre ella en los próximos años también en Estados Unidos.
No solo los regímenes políticos, sino fenómenos contemporáneos como la Inteligencia Artificial, los bulos que campean en internet y la labor manipuladora de muchos creadores de contenido (los llamados podcasters o youtubers) también se les citó como un peligro para la profesión, porque minan la credibilidad del periodista ‘clásico’.
Guatemalan journalist Quimy de León @KimyOrion is the recipient of the 2024 International Press Freedom Award for Latin America https://t.co/4NPJAyTCNH
— CPJ Américas (@CPJAmericas) September 19, 2024
Las galadonadas
De entre las cuatro galardonadas, la guatemalteca Quimy de León y la nigerina Samira Sabou, han optado en ambos casos por hacer periodismo a través de las redes sociales, concretamente Facebook, en parte por desconfiar de los canales tradicionales y en parte, como dijo Sabou, porque las redes les permiten estar mucho más cerca de los ciudadanos a los que quieren dar voz.
De León, fundadora de Prensa Comunitaria, ha centrado su labor en las siempre conflictivas actividades extractivas en Guatemala, que se desarrollan en zonas indígenas históricamente marginadas, y definió su labor como la alternativa a un periodismo que en ha obviado personas y lugares.
Por su parte, la periodista palestina Shrouq Al Aila reúne en su persona los males más graves que aquejan a la profesión: no pudo acudir a la gala porque Israel no le permitió salir de Gaza, y el medio audiovisual que dirige, Ain Media, lo ‘heredó’ de su marido, asesinado en un bombardeo israelí durante la guerra actual contra Gaza.
Shrouq tuvo que contentarse con enviar un mensaje grabado desde Gaza donde dijo que con su voz o su imagen podría transmitir muchas cosas, pero no el olor a muerte que lo impregna todo, y añadió que le resulta imposible hacer cualquier proyección futura a sus 30 años porque no sé si estaré viva en los próximos dos minutos.
En cuanto a la rusoamericana Alsu Kurmasheva, es una periodista radicada en Estados Unidos y que trabaja para Radio Free Europe. En 2023, fue a visitar a su madre en Rusia y las autoridades la tetuvieron y condenaron a más de seis años por difundir noticias falsas; sin embargo, obtuvo la livertad el pasado agosto en un canje histórico de presos entre EE. UU. y Rusia.
El fin de la guerra civil no trajo libertad de prensa
En una entrevista anterior a la gala, De León recordó que ‘Prensa Comunitaria‘ -especializada en temas ambientales y de derechos humanos- nació por la necesidad de dar voz a las comunidades silenciadas, una década después de haber finalizado el conflicto armado interno en Guatemala con un acuerdo de paz firmado en diciembre de 1996.
Era un periodo en que en Guatemala se hablaba de la necesidad de que el país fuera más democrático para que hubieran mejores condiciones de vida, expresó.
Supuestamente se construían las bases institucionales para que las cosas se fueran encaminando hacia otro lugar mejor, pero vimos que esas condiciones y esos sueños no eran tan posibles ni viables como imaginamos, y estaban ocurriendo muchas violaciones a los derechos humanos.
Pensamos que lo que había ocurrido durante la guerra, en que hubo un genocidio, había sido bajo el silencio de los grandes medios corporativos, y por ello hacía falta un periodismo diferente como una forma de garantizar de que no se repitieran estos hechos.
Ahora hay más riesgo
Sin embargo, asegura que hacer periodismo tiene más riesgo ahora que cuando empezaron.
Es más complejo y arriesgado debido a la corrupción y represión y que les obligó en 2023 -un año muy duro según De León- a enviar al exilio a cuatro periodistas, con el apoyo de organizaciones locales e internacionales que les ayudan además con su plan de autodefensa“.
Y aquí seguimos no como una forma de valentía irresponsable, sino de encontrar la manera de estar protegidos con nuestra propia gente, indicó aunque admite que como seres humanos sienten temor.
Además de periodista, De León también odontóloga y trabajadora de la salud comunitaria e historiadora dijo estar complacida con el premio que recibirá del CPJ, aunque destaca que recibir reconociemiento no es el propósito de su trabajo, al frente de ‘Prensa Comunitaria, reconoce que también nos da la noción de que tiene un impacto más allá y es uno de nuestros objetivos que nuestros temas, ese esfuerzo, tenga una mirada local, nacional e internacional. EFE
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