Redacción Ciencia, 30 ene (EFE).- Un aumento de la temperatura media global de entre 3 y 4 grados (respecto a niveles preindustriales) a finales de siglo causaría 2.3 millones de muertes adicionales en Europa a consecuencia del calor, y la peor parte se la llevarían ciudades españolas, como Barcelona, Madrid o Valencia.
Así lo pone de manifiesto un estudio recogido este lunes en la revista Nature Medicine, que modelizó el impacto del aumento de la temperatura media global en 854 zonas urbanas de 30 países europeos.
Los investigadores tuvieron en cuenta tres escenarios de temperatura: uno en el que se cumple el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático y la temperatura global no sube más de 2 grados a finales de siglo; otro en el que sube entre 2 y 3 grados; y un tercero, de entre 3 y 4 grados de aumento a finales de siglo, que es al que nos dirigimos según la trayectoria de emisiones actual.
Hemos tenido en cuenta las variables que relacionan temperatura y mortalidad en los últimos 20 años y las hemos analizado con 19 modelos climáticos en los tres escenarios de temperatura citados, explicó una de las autoras, Veronika Huber, bióloga experta en epidemiología ambiental de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC).
Barcelona se lleva la peor parte
En el peor escenario, con un aumento de la temperatura media global cercano a los 4 grados a finales de siglo, Barcelona (noreste de España) estaría a la cabeza de las ciudades europeas con más exceso de muertes asociadas a altas temperaturas a finales de siglo: 246 mil 082, calculan los investigadores.
Tras Roma y Nápoles, Madrid ocupa el cuarto puesto entre las ciudades más afectadas, con 129 mil 716 muertes adicionales debidas al calor a finales de siglo, y Valencia el séptimo, con 67 mil 519. En el quinto y sexto puesto están Milán y Atenas, respectivamente.
Según estudios previos, en Europa se producen 10 muertes por frío por cada 1 por calor, pero el cambio climático está alterando ese equilibrio provocando un aumento de la mortalidad relacionada con el calor a pesar de la posible disminución de las muertes relacionadas con el frío.
Huber agrega:
Aunque las muertes por frío disminuyan si aumenta la temperatura global, el balance seguiría siendo muy negativo porque las muertes adicionales por calor se incrementarían muchísimo y superarían los dos millones.
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