Roma, 20 abr (EFE).- Un grupo de estudiosos italianos lanzó una petición para atraer a investigadores estadounidenses luego de la fuga de científicos por las recientes decisiones del Gobierno de Estados Unidos, con más inversión e incentivos fiscales, que quieren enviar al Ministerio de Universidades para su aplicación.
El Manifiesto por una Europa de la Ciencia Abierta, promovido por el físico Roberto Battiston, de la Universidad de Trento, y el filósofo Silvano Tagliagambe, profesor emérito de la Universidad de Sassari, propone convertir Italia en un nuevo polo científico, con más inversión, incentivos fiscales y un entorno propicio para la investigación.
Así lo expone el documento:
Nuestro país posee, al menos sobre el papel, todas las condiciones para ser un centro de atracción: es la segunda potencia manufacturera de Europa, tiene un patrimonio cultural extraordinario, una posición geográfica estratégica y ha producido talentos en todos los sectores, que con demasiada frecuencia han emigrado precisamente a los EE. UU..
Respuesta a grito de alarma
La repentina crisis estadounidense representa, según los impulsores de la iniciativa, una oportunidad extraordinaria para Italia y para Europa y además un llamamiento a la responsabilidad en la defensa de valores como la libertad científica y el desarrollo de una investigación de excelencia.
La iniciativa, explican, es una respuesta al grito de alarma de unos 1 mil 900 científicos estadounidenses de máximo nivel, entre los que hay ganadores de premio Nobel, publicado en la revista Scientific American, que alertaban de los riesgos para el futuro de la investigación científica en Estados Unidos a causa de las recientes decisiones de la administración Trump.
En EE. UU., que durante décadas fue un referente de la investigación mundial, se está produciendo un progresivo debilitamiento de las instituciones científicas federales. Recortes de financiación, reducciones de personal en los centros públicos de excelencia, restricciones a la libertad de los investigadores… todo apunta a una creciente politización de la ciencia y a una reducción del papel del conocimiento en la toma de decisiones públicas, añaden.
La propuesta subraya la necesidad de convertir Italia en un país atractivo para los científicos, tanto en capital humano como en inversiones, y proponen incentivos fiscales, reducciones en trámites burocráticos y una colaboración constante entre universidades, centros de investigación y empresas.
Los impulsores, que han conseguido más de mil firmas, prevén enviar el texto al presidente de la República, Sergio Matarella, y a la ministra de Universidad e Investigación, Anna Maria Bernini, avanzaron medios locales.
Es momento de reaccionar y mostrar lo que Italia y Europa han sabido hacer durante siglos: quien trae conocimiento, trae riqueza, concluye el manifiesto.
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