Ginebra, 1 nov (EFE).- Luego de que fue superada durante tres años consecutivos por el covid-19, la tuberculosis volvió a ser la enfermedad infecciosa más letal en 2023, causando cerca de 1.2 millones de muertes en el mundo, muy por encima de las 320 mil que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que provocó el coronavirus causante de la pandemia de principios de década.
La cifra supone, no obstante, un ligero descenso con respecto a la mortalidad global por tuberculosis registrada en 2022, cuando provocó cerca de 1.3 millones de muertes, indicó la OMS al presentar el martes su informe anual sobre la incidencia de esta enfermedad.
La organización con sede en Ginebra atribuye esta bajada de la mortalidad a la restauración de los sistemas de diagnóstico y tratamiento contra la tuberculosis y otras enfermedades, que se habían visto mermados durante la fase aguda de la pandemia.
El documento destacó por otro lado un ligero aumento en el número de personas que enfermaron de tuberculosis (tanto diagnosticadas por primera vez como reinfectadas), pasando de los 10.6 millones registrados en 2022 hasta los 10.8 millones en 2023.
While the number of #tuberculosis-related deaths decreased from 1.32 million in 2022 to 1.25 million in 2023, the total number of people falling ill with the disease rose slightly to an estimated 10.8 million in 2023 https://t.co/77FMSBRmkr pic.twitter.com/5tDACbyZqS
— World Health Organization (WHO) (@WHO) October 29, 2024
Asia y África, a la cabeza de los casos
Por regiones, el 45 % de estos casos se diagnosticaron en el sureste asiático, el 24 % en África y el 17 % en Asia Oriental y Pacífico, mientras que se registraron en menor proporción en Oriente Medio y Magreb (8.6 %), América (3.2 %) y Europa (2.1 %).
De los 10.8 millones de casos registrados, 6 millones se dieron en hombres adultos, 3.6 millones en mujeres y 1.3 millones en niños y adolescentes, de acuerdo con el informe de la OMS.
Cinco países concentraron más de la mitad de la carga mundial de tuberculosis: India (26 %), Indonesia (10 %), China (6.8 %), Filipinas (6.8 %) y Pakistán (6.3 %), lo cual, advierte la OMS, demuestra que la tuberculosis sigue afectando de manera desproporcionada a zonas en desarrollo.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, al presentar el informe aseguró:
Que tantas personas sigan muriendo y enfermando de tuberculosis es una vergüenza cuando tenemos las herramientas para prevenir, detectar y tratar la enfermedad.
En el plano positivo, la OMS celebró un aumento de los casos diagnosticados el pasado año, hasta los 8.2 millones, superando así a los 7.5 millones de 2022 y alcanzando la cifra más alta desde que la organización iniciara el seguimiento mundial de esta enfermedad en 1995.
Según la OMS, este incremento ha sido posible gracias a los considerables esfuerzos realizados a nivel nacional y mundial para recuperarse de las perturbaciones en las redes de detección y prevención durante la crisis de la pandemia por covid-19, especialmente en países con mayor incidencia de tuberculosis como India, Indonesia y Filipinas.
Más diagnóstico para la tuberculosis multirresistente
Pese a estos avances, el informe alerta de que la tuberculosis multirresistente, aquella que no responde a los principales tratamientos contra la enfermedad como la rifampicina, constituye todavía una crisis de salud pública.
Así, de las 400 mil personas que la agencia sanitaria de la ONU estima que padecían esta tuberculosis más grave hasta el pasado año, se calcula que solo el 44 % se diagnosticaron y recibieron el correspondiente tratamiento en 2023.
La OMS advierte que uno de los principales obstáculos para combatir la tuberculosis sigue siendo el déficit de financiación mundial para su prevención y tratamiento, que disminuyó en 2023 hasta los 5 mil 700 millones de dólares (5 mil 289 millones de euros), muy por debajo de la meta anual de 22 mil millones de dólares (20 mil 415 millones de euros).
No obstante, también apunta a otros cinco factores como los causantes del aumento del número de casos de tuberculosis a nivel mundial: la desnutrición, la infección por VIH, los trastornos por consumo de bebidas alcohólicas, el tabaquismo (especialmente entre los hombres) y la diabetes.
Ante esta situación, la OMS hizo un llamamiento a la comunidad internacional para abordar estos problemas desde la raíz, combatiendo determinantes críticos como la pobreza o la baja renta per cápita de los países más afectados, y avanzar así en la erradicación de esta enfermedad. EFE
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