Redacción Ciencia, 16 jul (EFE).- Detalles invisibles a simple vista, puestos al descubierto por la química y las nuevas tecnología, dan una nueva dimensión a las pinturas egipcias y sus autores, que modificaban o realizaban arrepentimientos en sus obras.
Dos pinturas funerarias, datadas aproximadamente en 1400 y 1200 a. C., fueron analizadas in situ con novedosas herramientas portátiles. Estas permiten realizar análisis químicos no destructivos, según publica Plos One.
La investigación a cargo de especialistas franceses y belgas, junto al Ministerio egipcio de Antigüedades, revela las licencias artísticas en ambas obras del antiguo Egipto, en cuya lengua no se conoce una palabra para el concepto arte, señala el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia.
Ankh y la imagen de la bobina de Tesla son similares Ankh es un símbolo muy conocido utilizado en el antiguo Egipto. En la imagen de la izquierda se puede ver el diseño de la bobina de Tesla con el inductor plano y el inductor hacia arriba. pic.twitter.com/qyM72IEVev
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Expresión creativa
La civilización egipcia se percibe a menudo como extremadamente formal en su expresión creativa; sin embargo, el equipo ha sacado a la luz las modificaciones en las dos obras y cuyos débiles rastros les habían permitido eludir la detección durante mucho tiempo.
Las dos pinturas analizadas en detalle están ubicadas en capillas funerarias la necrópolis tebana, cerca del río Nilo, y datan del período ramésida.
En la primera pintura, en la tumba de Menna, los investigadores pudieron identificar alteraciones en la posición del brazo de una figura, aunque la razón de este cambio es incierta.
El análisis de la segunda descubrió que el tocado, el collar y el cetro de la imagen de Ramsés II se reelaboraron sustancialmente.
Cuando las estrellas envuelven al templo de Luxor (Egipto) pic.twitter.com/bge502Mxb4
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Estos cambios muy probablemente se relacionan con algún cambio en el significado simbólico a lo largo del tiempo, indica la investigación.
Además, los pigmentos utilizados para representar el color de la piel difieren de los aplicados por primera vez.
Esto da lugar a sutiles cambios cuya finalidad sigue siendo incierta, explica el CNRS.
Toques personales
Estos pintores o dibujantes-escritores, a petición de quienes encargaban sus obras o por iniciativa de los artistas, podían añadir sus toques personales a los motivos convencionales.
El equipo usó para sus descubrimientos novedosas herramientas portátiles. Estas permiten hacer análisis químicos y reconstrucciones digitales en 3D mediante fotogrametría y macrofotografía.
Ellos deberían permitir -agrega el CNRS- restaurar las tonalidades originales y cambiar la percepción de estas obras maestras, a menudo vistas como artefactos estáticos.
La investigación demuestra que el arte faraónico y las condiciones de su producción eran sin duda más dinámicos y complejos de lo que se pensaba.
La próxima misión será analizar otras pinturas en busca de nuevos indicios de la artesanía y las identidades intelectuales de los antiguos dibujantes-escritores egipcios.
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