Roma, 16 oct (EFE).- El papa León XIV y la reina Letizia de España protagonizaron este jueves los actos por el Día Mundial de la Alimentación celebrados en la sede romana de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la que coincidieron en denunciar el uso aún frecuente del hambre como arma de guerra en el mundo.
La FAO, organismo especializado de las Naciones Unidas, llevó a cabo su asamblea de cada 16 de octubre, Día de la Alimentación, para compartir experiencias sobre la lucha contra un mal, el hambre, que todavía afecta a unos 673 millones de personas en el planeta.
Pero también para celebrar sus 80 años de historia, desde su fundación en el remoto 1945, al término de la II Guerra Mundial.
La denuncia de León
El papa León XIV, quien fue muy aplaudido, denunció en español el uso de los alimentos como arma de guerra y estrategia cruel.
Los escenarios de los conflictos actuales han hecho resurgir el uso de los alimentos como arma de guerra, contradiciendo todo el trabajo de sensibilización llevado adelante por la FAO durante estas ocho décadas, lamentó en su intervención, que inauguró el acto.
Luego, en inglés, quizá para que llegara a todo el mundo, recordó la existencia de multitudes sin acceso al agua, al alimento o a una atención médica o una educación dignas en Ucrania, Gaza, Haití, Afganistán, Mali, República Centroafricana, Yemen o Sudán del Sur.
De pie tras el atril, León XIV concluyó defendiendo sin ambages el multilateralismo frente a lo que denominó nocivas tentaciones que tienden a erigirse como autocráticas en un mundo multipolar.
La reina embajadora
Una de las más esperadas fue la reina Letizia, embajadora especial para la Nutrición de este organismo y quien accedió al salón de plenos acompañada por la primea ministra italiana, Giorgia Meloni, se pronunció en el mismo sentido.
En su discurso, pronunciado en español, la monarca habló de los tiempos complejos que la comunidad internacional atraviesa y en los que se producen revisiones constantes de principios que, dijo, creíamos inalterables desde el origen de Naciones Unidas.
Aludía a principios como el multilateralismo, la cooperación al desarrollo, la necesidad de vincular la financiación con la justicia social o la consideración como derecho inalienable una alimentación adecuada, suficiente, sostenible y sana, sin mucho ultraprocesado.
En este contexto, enumeró algunas razones para la desesperanza, la primera: el hambre es hoy un arma de guerra en muchos lugares y una herida abierta.
Otras son, a su juicio, la concentración corporativa de los sistemas alimentarios, el desperdicio de la comida, la desigualdad en el acceso a los recursos de las mujeres, la obesidad juvenil, la volatilidad de los precios o los estragos del cambio climático.
No obstante, la monarca terminó llamando a la calma y a la colaboración con un mensaje que sonó a desafío: Me gustaría por favor que si hay alguien en la sala o en algún lugar que tenga una idea mejor que la cooperación multilateral para conseguir que las personas tengan una alimentación adecuada que venga y nos lo diga, sentenció.
El discurso lo escucharon por decenas de personas en el pleno de la FAO, entre estas el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, o el exsecretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Puentes contra el hambre
La defensa de la colaboración entre países también llegó de otro de los invitados, el presiente de Uruguay, Yamandú Orsi, de visita oficial en Italia y que el viernes se verá con el pontífice.
No creo equivocarme al decir que si queremos un planeta libre del azote del hambre debemos reafirmar nuestro compromiso por el multilateralismo. Solo juntos podemos avanzar en una solución duradera, afirmó.
El último informe del ‘Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’ estima que el 8.2 % de la población del planeta, unos 673 millones de personas, padecieron el hambre en 2024.
El dato supone un descenso frente al 8.5 % registrado en 2023, sin embargo estos avances no fueron uniformes sino que, mientras en zonas como América Latina la situación mejoró, en muchas regiones de África y Asia Occidental el hambre siguió azotando con fuerza.
El documento prevé que en 2030, año de conclusión de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, casi 512 millones de personas sufrirán subalimentación crónica. Casi el 60 % estarán en África.
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