Redacción Ciencia, 18 sep (EFE).- El asteroide Dimorphos no representa una amenaza para la tierra, pero es el blanco de una misión que, en 10 días, intentará desviarlo de su trayectoria para probar la tecnología necesaria para defender nuestro planeta y escribir así una página de la historia espacial.
La misión DART (Prueba de Redireccionamiento de un Asteroide Binario), que partió de la tierra hace 11 meses, está por llegar a su destino, cuando el próximo día 26 a las 23:14 hora GMT se estrelle contra el asteroide de unos 160 metros.
Un momento que podrá verse en directo, a razón de una fotografía por minuto. Además, es la parte final de una misión que servirá para validar la técnica de deflexión de asteroides que pueda proteger la tierra en caso de necesidad.
Estamos a menos de dos semanas del que será el primer intento de la humanidad de desviar un cuerpo celeste. Un momento histórico para todo el mundo, en palabras del científico de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA, Tom Statler.
La defensa planetaria es un asunto mundial que requiere una respuesta mundial y DART es parte de una misión de Evaluación de Impacto y Desvío de Asteroides (AIDA). En esta participa la Agencia Espacial Europea (ESA) y más de 20 países.
Esta primera prueba de la misión de defensa planetaria sirve para estar preparados por si fuera necesario en el futuro, explicó Nancy Chabot, responsable de coordinación de DART.
Agregó que para ello se ha elegido un sistema binario de asteroides que en el momento del choque estará a unos 11 millones de kilómetros de la tierra.
Detalles del proyecto
El sistema de asteroides está formado por Didymos, al que orbita Dimorphos.
DART se lanzará como una sonda kamikaze contra el cuerpo más pequeño. Luego estará enviando datos y fotografías hasta el mismo momento en que se estrelle, una serie que será transmitida en directo por la NASA.
Pero además habrá un observador en directo, el pequeño satélite italiano Licia. Este se separará de DART unos días antes para observar la colisión los momentos posteriores y hará un sobrevuelo del sistema de asteroides tras el choque.
Todo el proceso se seguirá también desde la Tierra y por varios telescopios espaciales.
Para que la misión tenga éxito la nave tiene que impactar contra Dimorphos y causar un cambio en su órbita que pueda ser medida, el cual tardará en detectarse unos días o semanas, no lo sabemos con exactitud, apunta Chabot.
Ser capaces de golpear a Dimorphos y cambiar su trayectoria es importante, pero lo es igualmente observar de primera mano el resultado. Esto incluye el cráter creado, la composición de su superficie y conocer bien el pequeño asteroide del que hasta ahora se sabe poco.
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