Ciudad de Guatemala, 30 may (AGN).- La festividad del Corpus Christi o Cuerpo de Cristo se remonta a la Edad Media, y el motivo central es la creencia de la presencia real de Jesucristo en la hostia consagrada, según el ritual católico.
Dicha celebración cobró importancia en el Concilio de Viena en el siglo XIII, aunque el día dedicado a la Eucaristía es el Jueves Santo; sin embargo, por la conmemoración de la pasión de Jesucristo, la Iglesia católica decidió trasladarla para después del domingo de la Trinidad.
En Guatemala
Desde los inicios de la Colonia, en Guatemala se reporta la celebración del Corpus. Por ejemplo, en Tecpán Guatemala en 1524; en Ciudad Vieja, (Almolonga) en 1527, y en el Valle de Panchoy, hoy Antigua Guatemala.
El historiador Domingo Juarros describió que la procesión de Corpus en la época colonial era la más suntuosa y magnífica que se ve en todo el año, debido a que contaba con la participación de autoridades eclesiásticas y civiles. Como era costumbre en las celebraciones religiosas, el Cabildo acompañaba en pleno dicha manifestación externa de fe.
Una de las procesiones más coloridas sigue siendo la de Patzún, Chimaltenango, donde las calles de la población son adornadas con arcos triunfales de flores y frutos y el suelo alfombrado para el paso del Santísimo Sacramento. Este ritual se celebra el Jueves de Corpus y se repite el domingo inmediato, para deleite de fieles y turistas.
Traducen por primera vez al cakchiquel colección “Leyendas de Guatemala”
Celebración se extiende
Aunque este jueves está dedicado a dicha fiesta religiosa, las parroquias la extienden hasta por un mes en el calendario litúrgico.
Una de las tradiciones vinculadas con esta celebración eucarística es el intercambio de micos y palomas entre parejas de novios. Él entrega la paloma y ella le obsequia un mico. Dicha tradición popular todavía es recordada en el atrio de la Catedral Metropolitana de Santiago de Guatemala y en los de otros templos.
Aunque dicho intercambio ha ido desapareciendo con el tiempo, tiene un hondo significado amoroso, es decir, la entrega total. En cierto modo, recuerda la entrega de Cristo y su permanente amor por la humanidad.
Con información de Isaac Ramírez
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