Washington, 7 jun (EFE).- El presidente de EE. UU., Joe Biden, llegará a Europa esta semana con su agresivo plan de estímulo económico, marcado por el gasto en infraestructura y la subida de impuestos a las grandes empresas, aunque se mantiene la incógnita sobre el futuro de los aranceles impuestos por su predecesor, Donald Trump.
El cambio de rumbo en las políticas de EE. UU. con Biden quedó reflejado en el exitoso acuerdo de este fin de semana en Londres entre los ministros de Economía del G7 para un impuesto mínimo global a las multinacionales de al menos 15 por ciento, una propuesta liderada precisamente por el país norteamericano.
Con el nuevo presidente demócrata, que llegó a la Casa Blanca en enero pasado, Estados Unidos ha regresado con decisión a la escena multilateral tras el aislacionismo económico marcado por Trump (2017-2021).
Realmente lo considero un acuerdo histórico, y muestra que la colaboración multilateral puede ser exitosa, indicó Janet Yellen, secretaria del Tesoro, tras anunciarse el pacto del impuesto, pese a que EE. UU. planteó en un comienzo una tasa del 21 por ciento.
Tune in for a briefing with Press Secretary Jen Psaki and National Security Advisor Jake Sullivan. https://t.co/FRSpfsQQnC
— The White House (@WhiteHouse) June 7, 2021
Extraordinario impulso fiscal en EE. UU.
En sus cinco primeros meses como presidente, Biden ha sorprendido con un agresivo paquete de estímulo fiscal de 1.9 billones de dólares, ya aprobado por el Congreso, al que se añade un plan de infraestructura por valor de 1.7 billones de dólares.
Entre las medidas adoptadas ya figuran una ronda de transferencias directas de efectivo de hasta mil 400 dólares a los ciudadanos, y el refuerzo y ampliación de los subsidios de desempleo, así como ayudas para pequeñas y medianas empresas.
Johnson pedirá al G7 terminar de vacunar al mundo para finales de 2022
Para sufragar esta notable alza en el gasto público, Biden ha propuesto subidas de impuestos a las rentas más altas y a las grandes empresas. De este modo, el mandatario aterrizará en Europa con un importante mensaje contra la austeridad en tiempos de crisis.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aseguró este lunes en un discurso que la administración de Biden pretende devolver los impuestos corporativos sobre la renta a los niveles normales, en un momento en el que se encuentran en mínimos históricos.
Creemos que el sector empresarial puede contribuir a este esfuerzo asumiendo su parte justa, agregó Yellen en un foro económico sobre inversiones extranjeras en EE. UU.
Los planes de Biden, además, contemplan voluminosas inversiones en energías renovables con el objetivo de modernizar la vieja red de transporte del país y sentar las bases de una economía sostenible para encarar la amenaza del cambio climático.
Todo ello respaldado por las previsiones económicas de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que señala que EE. UU. podría crecer en 2021 por encima de un 6 por ciento, algo no visto desde la década de 1980.
Aranceles en vigor
No obstante, uno de los elementos que más preocupan a los europeos sigue sin ser resuelto: los aranceles impuestos por Trump, entre los que se encuentran los gravámenes al acero y el aluminio europeos, así como a diversos productos agrícolas.
Lanzados en diversas rondas durante la batalla comercial desatada con la Unión Europea (UE) durante el mandato del republicano, estos aranceles siguen en pie pese a la llegada de Biden a la Casa Blanca.
En un gesto simbólico, la pasada semana la Oficina de Comercio Exterior de EE.UU. anunció la suspensión por 180 días de nuevos aranceles a 6 países, entre ellos España e Italia, en respuesta a sus impuestos digitales.
El objetivo, argumentó Washington, es dar tiempo a una solución multilateral en el marco del G20 y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De esta forma, el gobierno de Joe Biden quiere darse margen para negociar con esos países (Austria, India, Italia, España, Turquía, y el Reino Unido) en esos foros.
La investigación original sobre el impuesto digital por parte de EE. UU. fue iniciada en 2020 cuando señaló que estos países buscaban penalizar a unas compañías tecnológicas en concreto por su éxito comercial.
Lea también:
Cae en España red dedicada a la explotación laboral de hondureños
/km/dm