Bruselas, 25 feb (EFE).- El consejero delegado de AstraZeneca, Pascal Soriot, apuntó este jueves a que la compañía espera “ponerse al día” con sus compromisos contractuales con la Unión Europea (UE) sobre entregas de vacunas en el segundo trimestre de este año.
Además, anunció que entre enero y marzo se distribuirán 40 millones de dosis, menos de lo prometido al bloque comunitario.
“Estamos mirando todas las plantas de producción en nuestra red para ayudar a producir vacunas para la Unión Europea”, dijo Soriot en una comparecencia ante el Parlamento Europeo.
Las comisiones de Industria y Salud Pública de la Eurocámara convocaron a los consejeros delegados de los principales laboratorios con los que la UE ha firmado o está negociando contratos de compra de inmunizadores contra el coronavirus.
Aunque también participaron en la audiencia representantes de Pfizer-BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson, CureVac o Novavax, Soriot acaparó buena parte de las preguntas de los eurodiputados.
“Estoy decepcionado de que una producción más baja de lo esperado en nuestra cadena europea haya afectado a nuestra capacidad de entrega”, expresó el representante de AstraZeneca.
Asimismo, aseguró que se está incrementando la producción y haciendo todo lo posible para entregar 40 millones de dosis en el primer trimestre del año. Esto permitiría la inoculación de un 10 por ciento de la población de la región, resaltó.
Cuestionado por este incumplimiento del contrato, el delegado afirmó que están trabajando “24 horas al día, 7 días a la semana” para aumentar sus capacidades.
Además, afirmó que en la industria farmacéutica, los trabajadores habitualmente cuentan con años para “aprender los procesos, refinarlos y mejorarlos”.
En cualquier caso, según AstraZeneca, “la abrumadora mayoría de los que se producen en la UE se queda en la UE”.
La UE frente a otros países
Los consejeros de las compañías se refirieron también al menor ritmo de vacunación en la UE, respecto a otros países. Enlistaron entre ellos a Israel, Estados Unidos y el Reino Unido.
“En una fase temprana, el tiempo de entrega se vio afectado por los plazos de autorización de la vacunas. En el caso de EE. UU, Reino Unido e Israel las autorizaciones llegaron a principio diciembre, con lo cual el calendario de entrega se adaptó a esos plazos”, dijo la presidenta global de Biopharma, del grupo Pfizer, Angela Hwang.
Por su parte, el representante de Moderna, Stéphane Bancel, alegó que en el pasado esa firma ya había trabajado con las autoridades sanitarias de Estados Unidos para elaborar la vacuna contra el zika, por lo que se pudo “avanzar muy rápido” en ese país.
Otros enviados coincidieron con Bancel e hicieron referencia a las dificultades asociadas a desarrollar vacunas con una tecnología, la de ácidos ribonucleicos mensajeros (ARNm), con la que apenas habían trabajado anteriormente. También destacaron el hecho de que tuvieron que construir de cero su cadena de producción en Europa. Estas tienen localizaciones en Suiza, España, Francia y Bélgica.
“Nunca antes en el mundo se habían aprobado productos con tecnología ARNm antes de la vacuna de Pfizer-BioNTech y la de Moderna. No puedes ir a una compañía y empezar directamente con ese producto, porque no teníamos la equipación”, señaló Bancel.
Asimismo, explicó que en Suiza necesitaron más de dos meses para “destruir y reconstruir” las salas donde se produciría la vacuna. Esto se habría debido a que los tamaños de la maquinaria y organización son diferentes.
Variantes
La adaptación de los tratamientos a las nuevas variantes también ocupó parte de las intervenciones. Según Hwang, Pfizer necesita 100 días para fabricar un inmunizador nuevo.
En cuanto a la protección que ofrecen las vacunas ante estas variantes, el consejero de Moderna señaló que su fármaco provee la misma protección contra la británica que ante el virus original. En el caso de la de Sudáfrica, aunque la cantidad de anticuerpos generados es menor, sigue siendo superior que la que se encuentra en personas que se están recuperando del virus.
Respecto a la duración a largo plazo de la inmunidad que aporta la vacuna, Bancel se mostró prudente y señaló que “aún no han acumulado siquiera un año de datos”. De esta cuenta, se siguen vigilando y publicando actualizaciones a menudo.
“El reto de una pandemia, al contrario que con una vacuna típica, es que no tenemos años y años de datos clínicos. Tenemos que monitorizar lo que va pasando”, manifestó.
Entretanto, el representantes de CureVac, Franz-Werner Haas, señaló que su laboratorio está esperando la autorización condicional por parte de las autoridades europeas para finales de mayo o principios de junio.
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AGN kg/dm