Naciones Unidas, oct (EFE).- El secretario general de la ONU, António Guterres, clamó contra lo que llamó el nacionalismo de las vacunas y su acaparamiento, contrarios al espíritu de una acción coordinada a nivel global para acercarlas allá donde más se necesitan.
En rueda de prensa con el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Ghebreyesus, para lanzar juntos la Estrategia Global de Vacunación, Guterres se lamentó de que la meta de alcanzar un 10 % de población vacunada en todos los países para fines de septiembre ha quedado muy lejos de alcanzarse.
La ONU y la OMS presentan una estrategia para lograr vacunar contra el #COVID19 al 40% de la población de cada país para finales de 2021 y el 70% para junio de 2022. https://t.co/NVP1VPeVwq
— Noticias ONU (@NoticiasONU) October 7, 2021
Estrategia conjunta
La estrategia pretende extender la vacunación al 40 % de la población de todos los países antes de que termine el año, y al 70 % para mediados de 2022, un programa que Guterres calificó de creíble por estar basado en análisis científicos de una pandemia cambiante y detalles como la efectividad y el costo de las vacunas.
Actualmente, la producción de vacunas está en los mil 500 millones de dosis mensuales, lo que hace posible alcanzar ese 40 % de vacunados a fin de año, siempre que se movilicen 8 mil millones de dólares para garantizar una distribución equitativa, la verdadera clave del problema, precisó el secretario general.
"Esta vacuna, que ha llevado 30 años desarrollar, cambia el curso de la historia de la salud pública. Todavía queda camino por recorrer en la lucha contra la #malaria, pero este es un importante paso adelante"@DrTedros pic.twitter.com/FZ5cCycfh2
— Noticias ONU (@NoticiasONU) October 6, 2021
Mensaje al G20
Hasta ahora lo que se está observando es nacionalismo de vacunas, diplomacia de vacunas y acaparamiento de vacunas, enfatizó el diplomático portugués, y pidió expresamente al G20 (las veinte economías más importantes del mundo) que en su próxima reunión este mismo mes se ocupen del problema.
Guterres dijo que no preocuparse por una distribución generalizada de las vacunas y permitir que el virus se extienda por los países pobres, dando lugar además a nuevas variantes, es finalmente no solo inmoral, sino estúpido.
A una pregunta sobre si eso significaba que las grandes farmacéuticas deberían renunciar a sus patentes, Guterres lamentó no tener capacidad para hacerlo: El poder lo tienen los países que producen vacunas o podrían producirlas, y las empresas, hasta ahora poco proclives a liberalizar las patentes.
Lea también:
Evaluarán en Brasil la eficacia del fármaco Molnupiravir contra COVID-19
/km/dm