Lima, jul (EFE).- Perú sumó su décimo tercer sitio en la Lista de Patrimonio Mundial, luego de que la Unesco decidiera incluir al complejo arqueoastronómico Chankillo, el observatorio solar y centro ceremonial más antiguo de América y el único en el globo dedicado a la medición del calendario solar completo.
(Chankillo) evidencia el manejo vigoroso y absolutamente creativo e innovador de los antiguos peruanos en el uso de las fuerzas de la naturaleza y su enorme vinculación con los recorridos solares, declaró José Hayakawa, presidente en Perú del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), ligado a la Unesco.
Para Hayakawa, la inscripción de Chankillo en la Lista de Patrimonio Mundial allana ahora el camino para destinar mayores recursos que impulsen nuevas investigaciones en este monumental complejo, que sigue suscitando tanta admiración como interrogantes a los expertos.
Esta enorme noticia tiene que presentarse como una oportunidad para que se puedan completar los procesos de investigación y conservación y además se vuelva un factor de desarrollo del territorio de la costa central del país, aseveró el presidente de Icomos Perú.
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Gigantesco calendario solar
Las estructuras de Chankillo, con más de 2 mil 300 años de antigüedad, se encuentran en una sucesión de colinas pedregosas y pequeñas llanuras del desierto costero del Perú, en el margen izquierdo del río Casma, en la región de Ancash, unos 365 kilómetros al norte de Lima.
Sus edificios de piedra se distribuyen a lo largo de 4 kilómetros cuadrados y sus famosas y enigmáticas trece torres, alineadas de norte a sur, se sospecha que sirvieron a sociedades agrarias, que datan del periodo comprendido entre los años 500 y 250 antes de nuestra era, para señalar con precisión los solsticios y equinoccios, así como para marcar el movimiento cíclico del sol a través del año.
Cada uno de estos edificios macizos de piedra canteada y mortero de barro, de 2 a 6 metros de alto y ubicados a la misma distancia los unos de los otros, posee dos escalinatas embutidas en los lados norte y sur, que dan acceso a terrazas superiores.
El alineamiento de estas torres genera que a la distancia se forme una suerte de horizonte que permite observar la posición del sol en fechas determinadas, con el valor añadido de que, a diferencia del resto de antiguos observatorios, este gigantesco calendario solar abarca la totalidad del ciclo solar anual.
Es como una especie de loma y el sol va ocupando los espacios que marcan las torres, lo que revela una vez más esta capacidad de observación, pero también la creatividad y la innovación del hombre del antiguo Perú de aprovechar las grandes fuerzas de la naturaleza, precisó Hayakawa.
A casi un kilómetro al oeste de las trece torres, se encuentra la estructura más grande del complejo: un templo fortificado circular que se eleva en la zona más alta de Chankillo y cuya función original ha suscitado interpretaciones y debates diversos.
Por un lado, los restos de pinturas murales sugieren usos relacionados con ceremonias religiosas, mientras que las estrechas puertas del templo y su gruesa muralla indicarían que se trataría más bien de una fortaleza.
Sobre esto, el presidente de Icomos Perú destacó el vínculo entre lo militar y lo religioso en el mundo precolombino.
Dato
En 2008, el complejo ya había sido declarado Patrimonio Cultural de Perú y en 2013 se inscribió en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial de la Convención de Unesco de 1972 como bien cultural.
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