Río de Janeiro, 20 mar (EFE).- El avance del coronavirus ha forzado a las autoridades de Río de Janeiro a cerrar sus playas este fin de semana, como parte de los esfuerzos para atajar una pandemia que en Brasil ha matado ya a cerca de 300 mil personas.
Las icónicas playas de la “Ciudad Maravillosa” amanecieron este sábado vacías y bajo un dispositivo policial para cumplir con el decreto municipal que prohibe cualquier actividad en ellas ante el tsunami de contagios y hospitalizaciones por el coronavirus.
Durante este fin de semana no está permitido permanecer en la arena, tomarse un baño o realizar deporte, medida que se une a otras impuestas anteriormente para intentar reducir la movilidad.
Algunos de los accesos a Copacabana e Ipanema, dos de las playas más populares, en la zona sur de la capital fluminense, estaban bloqueados con cintas para cohibir la entrada.
Aun así, la Policía tuvo que intervenir en alguna ocasión para retirar a pequeños grupos de personas que estaban en la arena.
Los socorristas también colaboraron en esa labor de cuidar que nadie estuviera en las playas, que en las últimas semanas presentaron una alta afluencia de público, pese a la crítica situación sanitaria de la urbe.
Río de Janeiro es una de las ciudades de Brasil más afectadas por la pandemia, con casi 20 mil muertos -superada por poco por Sao Paulo, que tiene el doble de población- y cerca de 220 mil infectados con el SARS-CoV-2.
El sistema público de salud de la capital fluminense, donde se puede observar con frecuencia a personas caminando sin mascarilla, está al límite, con el 95 por ciento de sus camas de terapia intensiva ocupadas, situación que se repite en prácticamente en todo el país.
Es el peor momento desde el inicio de la pandemia, agravada además por la circulación de variantes más infecciosas.
El presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, que niega la gravedad del coronavirus, criticó en la víspera el cierre de las playas de Río de Janeiro, su cuna electoral.
Pacientes atendidos
En Recife, capital del estado de Pernambuco, en el nordeste del país, la saturación de los hospitales referencia para el COVID-19 llevó a que entre la noche del viernes y la madrugada de este sábado los pacientes que llegaban en ambulancias fueran atendidos prácticamente en la calle.
Médicos y enfermeros esperaban, incluso con pipetas de oxígeno, a los pacientes en las afueras del Hospital de Referencia Alfa Boa Viagem, una entidad que era particular y el Gobierno regional asumió como centro médico especializado en la pandemia.
Durante toda esta madrugada llegaron ambulancias procedentes de diversos municipios del estado con pacientes con cuadros graves de COVID-19 que necesitaban atención en unidades de cuidados intensivos (UCI).
Situación
La extrema situación de Río y Recife se vive prácticamente en todo Brasil, con buena parte de la red pública colapsada o cerca de ello y cifras cada vez más altas.
Buena parte de las UCI del país están con una ocupación de más del 90 % y en algunas ciudades están al máximo de su capacidad.
Hasta la fecha, el coronavirus ha dejado 290 mil 314 muertes y casi 12 millones de positivos, según el Ministerio de Salud de Brasil.
Este marzo de 2021 ya es el mes más letal de la pandemia en el país, con más de 35 mil muertes, cuando falta semana y media para su fin.
Brasil es actualmente el lugar del planeta donde más contagios y muertes por coronavirus se registran al día.
El promedio diario de fallecidos está por encima de los 2 mil desde hace dos semanas y los positivos batieron en la víspera un nuevo récord, con 90 mil 570 en 24 horas.
Bolsonaro, por su parte, ha decidido entrar en la Justicia contra las restricciones sanitarias impuestas en algunas zonas del país. En su opinión, medidas como el toque de queda nocturno son “dictatoriales”.
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AGN. /km/dm