Ciudad de Guatemala, 5 jul (AGN).- Una nueva tendencia empieza a consolidarse entre agricultores guatemaltecos: el uso del abono orgánico como alternativa sostenible para cultivar alimentos. Este giro hacia prácticas más amigables con el ambiente es evidente entre pequeños y medianos productores, quienes integran esta técnica en cultivos básicos como maíz, frijol, café y diversas hortalizas.
La elaboración del abono orgánico se basa en el aprovechamiento de materiales naturales como residuos vegetales, estiércol animal y otros componentes biodegradables. Este tipo de fertilizante mejora significativamente la salud del suelo y reduce la dependencia de productos químicos, lo que a su vez disminuye los costos de producción y los efectos contaminantes en el medio ambiente.
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— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) July 2, 2025
Rol del MAGA en la promoción agrícola
Técnicos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) desempeñan un papel fundamental en la difusión de esta práctica. En distintas comunidades rurales del país, estos profesionales capacitan a los agricultores y los acompañan en el proceso de transición hacia métodos más sostenibles. El uso de abono orgánico forma parte de una visión integral que busca no solo aumentar el rendimiento, sino también proteger los recursos naturales.
Una de las principales ventajas del abono orgánico es su capacidad para regenerar suelos degradados. Su aplicación mejora la estructura del terreno, permite una mayor retención de agua, activa la vida microbiana y promueve un crecimiento vegetal más vigoroso. Como resultado, los cultivos se vuelven más resistentes y los alimentos producidos son más seguros y nutritivos.
Para muchas familias guatemaltecas, especialmente en zonas rurales, el uso de este tipo de fertilizante natural se traduce en una mejora directa en la calidad de los productos que consumen. Además, al reducir la exposición a agroquímicos, se protege la salud tanto de los productores como de los consumidores. Esta transformación en los sistemas de cultivo fortalece la seguridad alimentaria y económica de las comunidades.
Una estrategia nacional con visión de futuro
El impulso de estas prácticas por parte del MAGA responde a una estrategia más amplia para fortalecer la resiliencia del sistema agroalimentario nacional. Al promover una agricultura regenerativa, se busca revertir el daño causado por fertilizantes sintéticos, reducir la contaminación y conservar los ecosistemas agrícolas.
Más allá de los beneficios inmediatos en la producción, el uso del abono orgánico representa un paso importante hacia una agricultura que respete los ciclos naturales, contribuya a mitigar el cambio climático y garantice una alimentación saludable para las futuras generaciones. La adopción de estas prácticas muestra que el camino hacia una agricultura sostenible ya comenzó en Guatemala.
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