Luque (Paraguay), 8 dic (EFE).- La guarania, el ritmo creado en 1925 por José Asunción Flores para preservar el idioma guaraní y rescatar del olvido la música paraguaya, fue incluida el martes pasado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Se trata de un ritmo lento, de melodías sofisticadas y variedad armónica, que utiliza la lengua guaraní como vehículo, señala la candidatura evaluada por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial que celebra desde este lunes su decimonovena sesión en la ciudad paraguaya de Luque.
El origen de la guarania la inscribe el periodista, escritor y biógrafo de Flores, Antonio Pecci, en la curiosidad de este músico nacido en Asunción en 1904 y quien como integrante de la banda de la Policía preguntó a su director, Nicolino Pellegrini, el porqué de la ausencia de música paraguaya en su repertorio.
El ritmo, que hoy gana notoriedad como patrimonio inmaterial, también ha quedado inmortalizado por artistas como los españoles Julio Iglesias y Joan Manuel Serrat, el mexicano Javier Solís o el uruguayo Jorge Drexler.
La guarania fue concebida inicialmente como un género instrumental, pero luego se difundió hasta ser reconocido como un tipo de ritmo musical paraguayo.
Los orígenes musicales se remontan en la época colonial y la interpretación se realiza a dúo. Proviene del purahéi asy (canción doliente en guaraní), un ritmo popular que solía ser difundido en las zonas rurales del Paraguay, y que suele ser etiquetado peyorativamente como «purahéi jahe’o».
Es una expresión musical como una canción lenta, melancólica y adecuada a ciertos estados de ánimo del pueblo que con el tiempo fue aceptado y desarrollado por otros compositores.
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