Redacción Ciencia, 26 may (EFE).- Lograr que personas que sufren parálisis o amputación en sus extremidades puedan volver a moverse con precisión está hoy más cerca gracias a un nuevo avance de la optogenética, una técnica revolucionaria que combina las ciencias ópticas y genómicas.
En una entrevista, el investigador mexicano, Guillermo Herrera-Arcos, explicó:
La optogenética consiste en editar genéticamente las células neuronales para que expresen proteínas sensibles a la luz, lo que permite controlar la actividad de esas células al exponerlas a la luz.
Herrera-Arcos es investigador de biomecatrónica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés), la universidad donde se inventó esta técnica hace una década, y de donde sale este nuevo avance que recoge la revista Science Robotics.
El propio coautor de este estudio, el prestigioso investigador de biónica del MIT, Hugh Herr, sufrió la amputación de sus dos piernas a los 17 años debido a un accidente mientras escalaba.
Supera barreras
Hasta ahora, la estimulación eléctrica y las neuroprótesis tienen en su haber enormes progresos para que las personas amputadas o con parálisis recuperen la movilidad.
Entre otros, esta misma semana se ha conocido que 43 tetraplégicos volvían a mover las manos, y, hace unos meses, se vio como un enfermo de Parkinson desde hace 25 años volvía a caminar gracias a esa técnica.
Sin embargo, Herrera-Arcos expone:
El problema de la electro estimulación de las neuronas para controlar los músculos del cuerpo es que tiende a activar todo el músculo a la vez, y al requerir demasiado esfuerzo el control muscular se acaba perdiendo, por agotamiento, entre 5 y 10 minutos después de haber iniciado el movimiento.
Para superar esa dificultad, los investigadores del MIT han sustituido los electrodos por tecnologías moleculares ópticas con el fin de controlar los músculos mediante optogenética.
Para ello, recurrieron a ratones modificados genéticamente con una proteína sensible a la luz (canalrodopsina-2) y les implantaron una pequeña fuente de luz cerca del nervio principal de la tibia, que controla los músculos de la parte inferior de la pierna.
A new proof-of-concept study in Science #Robotics shows that closed-loop #neuromodulation with #optogenetics could offer more precise control and create less muscle fatigue than current electrostimulation-based strategies. https://t.co/4oFUlFnog0 pic.twitter.com/Y2oQ4IeSjh
— Science Robotics (@SciRobotics) May 23, 2024
Fuerza progresiva
El resultado fue que a medida que aumentaba la pulsión luminosa se incrementaba también la fuerza del músculo.
A diferencia de la estimulación eléctrica, que activa todo el músculo a la vez, el control optogenético produce un aumento constante y gradual de la contracción del músculo.
El investigador agrega:
A medida que cambiamos la estimulación óptica que suministramos al nervio, podemos controlar proporcionalmente, de forma casi lineal, la fuerza del músculo. El proceso es similar a la manera en la que nuestro cerebro mueve los músculos, de ahí que el control sea mayor que con la estimulación eléctrica.
Partiendo de sus experimentos, los investigadores han creado un modelo matemático de control muscular optogenético que ajusta la estimulación luminosa del músculo para alcanzar la fuerza deseada en este.
Gracias a él, han conseguido estimular los músculos durante más de una hora sin cansarlos, algo que la electroestimulación eléctrica solo ha conseguido durante 15 minutos.
Aplicación a las personas
Al consultarle sobre cómo se aplicaría este hallazgo en personas en un futuro, Herrera-Arcos cuenta que el paciente recibiría una inyección con una terapia genética, en la que iría el gen responsable de que las células respondan a la luz, y tendría implantado en la zona a mover un chip estimulable a través de pulsos de luz.
La idea, agrega, es que, mediante un móvil, reloj inteligente o similar, una persona pueda activar, mediante pulsos de luz, el nervio que conecta con el músculo que quiere ejercitar y lo pueda mover con gran precisión.
El reto ahora es introducir proteínas fotosensibles en el tejido humano de forma segura, subraya el investigador, ya que hace años vieron, en experimentos con ratas, que estas proteínas sensibles a la luz pueden desencadenar una respuesta inmunitaria que las inactiva e incluso puede conllevar un daño muscular y celular.
Para concluir, el Herrera-Arcos señala:
Nuestro objetivo es diseñar nuevas proteínas sensibles a la luz y estrategias para entrenarlas sin que desencadenen una respuesta inmunitaria indeseada.
Los investigadores están convencidos de que sus hallazgos beneficiarán en el futuro a personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares, amputación de extremidades y lesiones medulares, así como a otras que tienen mermada la capacidad de controlar sus extremidades. EFE
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