Redacción Ciencia, 1 sep (EFE).- Un equipo científico descubrió que los miembros de la nobleza egipcia eran momificados con bálsamos de gran complejidad y formulados con elementos llegados de regiones lejanas. Además, recreó uno de ellos para su exposición en museos.
Para el estudio analizaron los elementos hallados en dos vasijas canópicas (para preservar vísceras) que sirvieron para contener los pulmones y el hígado de la noble Senetnay, que vivió en Egipto en la XVIII dinastía, hacia el 1450 a. C., y que fue nodriza del faraón Amenhotep II.
Algunos de los componentes detectados son resina de alerce, pistacia, cumarina y, posiblemente, dammar.
Los órganos de esta noble fueron momificados y guardados en cuatro recipientes en una tumba del Valle de los Reyes. Las vasijas fueron encontradas por Howard Carter en 1900 y dos de ellos se conservan en el Museo August Kestner, de Hannover (Alemania).
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Bálsamos diferentes
El equipo de científicos, coordinado por Barbara Huber, del Instituto Max Planck de Geoantropología (Alemania), analizó los restos de sustancias halladas en esas vasijas canópicas.
El estudio pone de manifiesto que el tipo de ingredientes empleados en la momificación variaba según el estatus social del difunto.
Basándose en una revisión de análisis anteriores de bálsamos de momificación, los autores vieron que los aplicados a los órganos de Senetnay eran relativamente complejos en comparación con otros del mismo período. Además, sugieren que la mayoría de los posibles componentes probablemente se importaron de lugares situados fuera de Egipto.
Los bálsamos analizados contenían cera de abeja, aceites vegetales, grasas animales, betún y resinas de la familia de las coníferas, que incluye pinos y alerces.
Además se identificó la presencia de cumarina, que tiene un aroma parecido a la vainilla y se encuentra en una amplia gama de plantas, como las canelas y las plantas de guisantes, además de ácido benzoico, que se da en resinas y gomas fragantes obtenidas de varios tipos de árboles y arbustos.
Relativo a este aspecto, Christian Loeben, conservador del Museo August Kestner, indicó:
Estos ingredientes complejos y diversos, exclusivos de esta época temprana, ofrecen una comprensión novedosa de las sofisticadas prácticas de momificación y de las amplias rutas comerciales de Egipto.
Según el órgano
Aunque la composición de los bálsamos de ambas vasijas parecía muy similar, el equipo identificó diferencias, lo que podría indicar que las composiciones variaban en función del órgano que debían conservar. Así, el recipiente destinado a preservar los pulmones tenía dos sustancias que no estaban en el otro.
Uno de esos ingredientes es el larixol, que se encuentra en la resina de alerce, y otra resina fragante que sugieren que es el dammar, la cual se obtiene de árboles que crecen en la India y el sudeste asiático, o una resina obtenida de los árboles de pistacia, parte de la familia del anacardo.
El Nilo era importante para los antiguos egipcios. Tanto es así, que su interpretación del mundo, del tiempo y el universo se basaba de una u otra forma en su emblemático río.
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— La Caverna de Thot (@CavernadeThot) August 23, 2023
Recrear un bálsamo antiguo
Asimismo, el equipo decidió recrear uno de esos aromas utilizados en la momificación. Max Planck define lo en un comunicado como:
Un esfuerzo innovador por crear un puente sensorial con el pasado antiguo.
Para ello colaboraron con la perfumista francesa Carole Calvez y con la museóloga sensorial Sofia Collette Ehrich, para recrear el aroma basándose en sus conclusiones analíticas.
Ese olor denominado el aroma de la eternidad, se presentará en el Museo Moesgaard de Dinamarca en una próxima exposición. Ofrecerá a los visitantes una experiencia sensorial única: experimentar de primera mano un olor ambiental de la antigüedad y percibir el del antiguo Egipto.
Huber, sobre este aroma, mencionó:
Representa algo más que el aroma del proceso de momificación. Encarna el rico significado cultural, histórico y espiritual de las prácticas mortuorias del Antiguo Egipto.
Los investigadores utilizaron técnicas analíticas avanzadas, como la cromatografía de gases-espectrometría de masas para reconstruir las sustancias que ayudaron a preservar y perfumar a Senetnay.
El estudio pone también de relieve las conexiones comerciales de los egipcios en el II milenio a. C.
Nicole Boivin, investigadora principal del proyecto, destacó:
Los ingredientes del bálsamo dejan claro que los antiguos egipcios se abastecían de materiales de fuera de su reino desde una fecha temprana.
Entre esos ingredientes importados se encontraba la resina de alerce, que probablemente procedía del norte del Mediterráneo, y posiblemente el dammar, que procede exclusivamente de árboles de los bosques tropicales del sudeste asiático. EFE
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