Redacción Ciencia, 17 jun (EFE).- La contaminación lumínica está aumentando en todo el mundo y con ella sus efectos adversos alcanzan también a la salud humana con consecuencias en nuestro sistema visual, circadiano y neuroconductual.
La revista Science dedicó este jueves un especial de cinco estudios en el que se analizan y discuten los crecientes efectos adversos de la iluminación nocturna en la salud humana, los ecosistemas o en la observación de los cielos por astrónomos.
Uno de los artículos, encabezado por Karolina Zielinska-Dabkowska, de la Universidad de Gdansk (Polonia), analiza cómo responde el cuerpo humano a la exposición nocturna a la luz.
Cada vez más iluminación
Los autores recuerdan que hay 4 mil 400 millones de personas viviendo en ciudades. La iluminación crece en todo el mundo y una investigación reciente muestra que el alcance de la luz eléctrica ha aumentado casi un 10 % anual en los últimos 12 años. Mucho más de lo que se pensaba.
Los firmantes indican que la exposición a las farolas urbanas, los estadios deportivos al aire libre y la publicidad luminosa afectan a los sistemas visual, circadiano y neuroconductual.
Pruebas sólidas procedentes de estudios de laboratorio controlados demuestran que la exposición excesiva a la luz por la tarde y por la noche puede ser problemática. De hecho, el estudio afirma que:
La luz eléctrica sobrecarga los ojos, estresa el sistema visual y puede causar problemas circadianos, neuroconductuales y neuroendocrinos, como la alteración del sueño y la supresión de la secreción de melatonina de la glándula pineal.
Incendios forestales, más frecuentes, intensos y devastadores.
La supervivencia de la vida en el planeta depende de que podamos controlar el aumento de la temperatura.#AtúaAhora para limitar el calentamiento global https://t.co/BMjRPTZ8A8 Vía @CMNUCC pic.twitter.com/kHNNI9q8O1
— Naciones Unidas (@ONU_es) June 9, 2023
Riesgo en expansión
Cada vez son más los trabajos que apuntan a los efectos adversos de la iluminación exterior en la salud humana. Además, algunos incluyen el riesgo de enfermedades crónicas. Sin embargo, señalan los autores del estudio, estos conocimientos se encuentran en una fase más incipiente.
En todo caso, hoy en día, los efectos de la exposición individual a la luz nocturna sobre el sistema circadiano y la fisiología central de las enfermedades crónicas y el sistema inmunitario están bien demostrados.
Recientemente se han descrito efectos potencialmente relevantes de la luz en la fisiología humana que están relacionados con las oscilaciones diarias del microbioma intestinal, la cual interviene en la fisiología humana.
Además, detallan que durante la pandemia de la COVID-19, los estudios demostraron que las personas se infectaban con más frecuencia, más gravemente y durante períodos más largos cuando no dormían y/o trabajaban de noche o residían en zonas con altos niveles de emisiones de luz eléctrica exterior por la noche.
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La contaminación por plásticos en distintos ríos que drenan al Mar Caribe en República Dominicana, Belice, Guatemala, Honduras y Quintana Roo, México puede detenerse. En esta segunda entrega del caso del río Motagua te compartimos… pic.twitter.com/lqumkrM7al— WWF Mesoamérica (@WWF_MAR) June 15, 2023
Impacto más allá de los humanos
El especial de Science publica otro estudio que analiza los efectos variables y complejos de la luz artificial en plantas, animales y ecosistemas enteros.
Annika Jägerbrand, de la Universidad de Gävle (Suecia), en dicha investigación apunta que:
La creciente contaminación lumínica está provocando la pérdida de hábitats, la alteración de las redes tróficas y la disminución de las poblaciones de insectos.
Sus efectos en la observación del cielo son analizados por Antonia Varela Pérez, del Instituto de Astrofísica de Canarias y de la Fundación Starlight.
Entre las crecientes fuentes de contaminación para los astrónomos están las grandes constelaciones de satélites en órbita, las interferencias de radiofrecuencia y el despliegue de la iluminación LED, que produce más luz azul que las tecnologías anteriores.
Cada uno de ellos está teniendo un impacto adverso en las observaciones astronómicas, limitando:
- descubrimientos científicos
- conexiones culturales con el cielo nocturno
- oportunidades del astroturismo
Vacío de supervisión
Las zonas de cielo oscuro designadas a nivel local aportan beneficios para el turismo. En este sentido, urge una normativa internacional más amplia, sostiene la investigadora.
Miroslav Kocifaj, de la Universidad Comenius (Eslovaquia), escribe:
Los investigadores necesitan mejores formas de medir y supervisar la luz artificial por la noche para mejorar su comprensión de las causas de la contaminación lumínica y desarrollar estrategias de mitigación.
La generalización del alumbrado eléctrico exterior significa que la noche ya no es oscura para la mayoría de la gente.
Pocos pueden ver la Vía Láctea desde sus casas.
La iluminación exterior tiene muchos usos legítimos que han beneficiado a la sociedad, pero a menudo conduce a una iluminación innecesaria, excesiva, intrusiva o perjudicial.
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dc/dm